jueves, julio 27, 2006

El Hogar

¿Quien iba a pensar que el hogar no era solo un lugar?
¿Cómo iba yo a saber que el hogar puede estar en muchas partes al igual que un espejo que se rompe en mil fragmentos?
¿Cuándo aprendí que el hogar no es un físico sino que habita en muchos corazones y tiene tantos colores?

Yo no puedo decir que tenga un hogar físico que sea mío propio, o que éste se encuentre en un solo lugar. Cuando tenía solo 17 años debí salir del hogar de mis padres, tuve que vivir en varios lugares mientras estudiaba en la universidad, desde Churuguara mi pequeño pueblito natal a Barquisimeto, que aunque ahora me parece una ciudad pequeña, en esas épocas era para mí, que soy toda una pueblerina, una gran cuidad llena de retos y peligros desconocidos.

Al principio con unos tíos, luego en un apartamentito que compraron mis padres, ellos querían que mis hermanos y yo pudiéramos estudiar en esa ciudad, vivir juntos otra vez ahora que ellos también era grandes. Estudiar en la universidad era cosa que no podíamos hacer en mi pueblo natal, porque es solo eso: un pueblo que no cuenta, o no contaba por aquellas épocas, con una universidad.

Ya en aquellos años empezó la división: una parte estaba en con mis padres, otra donde mis tíos donde fui tan feliz con mis primos a pesar de tantas cosas, la otra parte donde estaba yo viviendo con mis hermanos.
Pero se fue dividiendo más aún, había una parte en cada lugar donde compartí con mis amigos de la universidad: con Dinel, Crisdelis, Consilia, Gisela, Ángela, Marilin, Magda y muchos más, con los que compartí tantas horas de estudios, tantos trasnocho y bromas de jóvenes, pensando que teníamos toda un vida por delante; en el lugar donde estaban ellos había un pedacito de mi hogar también.

Luego de la graduación los pedazos se separaron, unos se fueron a ciudades lejanas, a sus lugares de origen, a nuevos horizontes donde podrían desempeñarse profesionalmente, y yo me quedé por un tiempo aún allá, reflexionando todas estas cosas mientras conseguía otro destino, y gracias a uno de esos pedazos de hogar lo hallé, me fui a otra ciudad: Puerto Ordaz, donde tuve mi morada casi 3 años, una ciudad tranquila como Barquisimeto, aunque también llena de retos y enseñanzas.

Allí aprendí que el hogar no era físico, conocí más amigos que ahora son partes integrales de mi corazón, con los que formé algo parecido a una familia (con Carmen y sus hijos donde viví casi dos años), compartí más con Crisdelis y la conocí mejor, fuimos las mejores amigas, reencontré otra amiga de la universidad, y luego me sentí al fin preparada para vivir sola por primera vez en la vida: noches largas de lágrimas y añoranza, preparar mi propia comida y aprender más responsabilidades, y descubriendo la felicidad de la independencia que embriaga como un buen vino.

Encontré a alguien más que ahora es otro pilar de mi hogar: a Yajaira, otra gran amiga que medio calor, amistad y me hizo sentir que estaba en el hogar.

Pero se acabó, más separaciones, un hogar compuesto de pedazos y más pedazos, pero no más pequeños. Vuelta a la ciudad donde estudié, crecí y me desarrollé como profesional, reencuentro con amigos y familiares, amigos nuevos, más pedazos del corazón juntos por un tiempo.

Y luego de un rato llegué aquí, la ciudad más dura de Venezuela, Caracas, llena de gente, energía, edificios, más retos, más enseñanzas, más dificultades, pero también reencuentros con amigos añorados y queridos de tantos años, formar una nueva familia unida por los lazos de la amistad y no de sangre, risas, lágrimas y vivencias.

Y aquí estoy, no vivo en un hogar físico, solo una habitación alquilada con derecho a baño y cocina, pero con un hogar inmenso en el corazón, lleno de sonrisas, poesías, recuerdos, añoranzas y amor.

Ahora mi hogar es un palacio inmenso en el que ahora ustedes están también, y que forman parte del latido que me mueve cada día, el calor de la chimenea, las sonrisas inesperadas, una rosa en el corazón.
Gracias a todos por su cariño, por enseñarme que el amor es infinito.

14 comentarios:

Dalia dijo...

Para Thais no solo una hermana sino una gran amiga.

Para todos los que ocupan un lugar en mi corazón, incluyendo a mis nuevos amigos de la montaña

Neyda dijo...

Sí, así es.
Duro, pero enriquecedor.
Triste, pero reconfortante.
Si de una cosa no podemos quejarnos es de tener historias, muchas, miles. Tantas vivencias. Tantas vueltas. Tanta gente que ha hecho lo que somos hoy en día.

Yo, siempre digo que soy un pedacito de todas las personas que han pasado por mi vida dejando su huella.

Anónimo dijo...

Dalia:

Gracias por dedicarme lo que escribiste el dia de hoy. Tu tambien formas una parte importante de mi vida y de mi hogar. Tu eres una de las personas en las que mas confio, se que cuento siempre contigo. Espero seguir formando siempre parte de tu hogar.

Te quiero y te respeto mucho.

un-angel dijo...

...no lo dudes ni por un momento mi Dalia querida, en este momento tu hogar está en mil fragmentos dispersos por el mundo, muy pequeños pero dentro de cada uno de ellos hay espacio suficiente para tu corazón, mi corazón y un montón de buenos sentimientos... aquí en España tienes un pedacito, uno en mi tierra pero un montón más por la península...
Un besito

pon dijo...

El hogar está donde tienes el corazón, y tú tienes el tuyo tan grande que te da para tener hogares en todo el mundo.

Alas dijo...

Me siento muy afortunada por formar parte de ese hogar, aunque de cualquier forma, ya formabas parte del mío querida Dalia.

Un hogar, que palabra más dulce y qué suerte saber reconocerlo cuando lo tienes.

Un abrazo amiga querida, me encantó conocer un poquito más de ti, besos familia.

Dalia dijo...

Un abrazo para todos, gracias por sus comentarios, sus puestos en mi hogar están listos para disfrutar juntos momentos de amistad.

Dalia dijo...

Un abrazo para todos, gracias por sus comentarios, sus puestos en mi hogar están listos para disfrutar juntos momentos de amistad.

Ramon Meneses dijo...

Muy bello tu escrito Dalia.
De veras es asi. Como dice Gisela, somos un pedacito de cada cosa que vivimos, y aunque se formen nuevos amigos y nuevas vivencias, las pasadas nunca saldran de nuestra mente y de nuestro corazon.
Un abrazo

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

¿Recordás "Sleepless in Seatle"?
La escena en la que Sam Baldwin (T.Hanks) relata cómo fue el instante que se dió cuenta de que su mujer era LA mujer de su vida...
"fue como volver a casa, pero no una que yo conociera, sino volver al hogar... Fue ... mágico"
Así es cuando vamos encontrando parte de nuestro corazón en el corazón de otras personas y de esa manera nos vamos arraigando, cultivando y floreciendo en distintos corazones, en distintas vidas, pero siempre conservamos parte de todos en nosotros mismos...

Aquí en Argentina, tus girasoles florecen cada día...

Besos Dalia.

Dalia dijo...

Gracias Ramón, tu también formas partes de esos amigos de los años de la UFT ¿te acuerdas cuando vimos Electrónica II juntos?

Anita del Sur, muchas gracias por tu hermoso comentario que iluminó mi mañana, girasoles para ti.

Max dijo...

Calor de hogar = Dalia
Que bien se está cerquita de tu hoguera.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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