jueves, julio 13, 2006

El Ángel III


Un día, ya no sabía cuanto tiempo después desde que nació, Jack estaba sentado escuchando una charla de un maestro, un ser más adelantado que el resto, más sabio y por ende, más lleno de luz, paciencia y amor. Luego de la hermosa charla el maestro les invitó a oír y tocar canciones, y tomando la iniciativa un hermoso Ángel comenzó a tocar la guitarra de una forma hermosa pero triste que hacía estremecer de emoción a los que estaban presentes.

De repente, Jack sintió un dolor en su corazón que no era físico pues este tipo de dolor ya no podía aquejarlo; era un sentimiento fuerte de pesar y tristeza mucho más grande que cualquier otra cosa de las que había sentido desde que llegó allí.

Jack se levantó y salió de aquel lugar, algunos lo miraron con tristeza pero con cara de entendimiento y le dejaron salir sin problema alguno.

Jack se dirigió a un lugar solitario y se aquietó tratando de entender, tratando de enfocarse en lo que sentía, pero entonces pasó una imagen por su mente como antes le había sucedido, solo que esta vez no era solo de recuerdos de lugares sino que había alguien en su recuerdo, alguien que sufría, alguien amado…

Jack casi se desvaneció al sentir el pesar de esa persona, al ver con su mente su rostro convertido en una máscara de dolor. Unas lágrimas salieron de sus ojos, mientras murmuraba sin darse cuenta: - “Ennis…. Mi querido Ennis…”

Allí lo encontró Adrián, quien puso una mano en su hombro haciéndole levantarse, ayudándolo en su dolor e impotencia.

-“¿Porqué no me dijiste? ¡Es Ennis! Él está lejos, no sé en dónde y me necesita, está solo, de alguna forma me fui y vine a dar aquí y él se quedó allá. Por favor, dime cómo ir allá…” – la mirada anhelante de Jack era como una lanza que traspasaba sin querer a Adrián.
-“Lo siento Jack, no puedes volver, al menos no de la manera que lo pides ahora…” – le dijo Adrián en voz baja, sintiendo que su adelanto no era tanto como para impedirle sufrir cuando esto pasaba, y tristemente siempre pasaba.
-“¡Pero Adrián…! Entonces ¿cómo le voy a ayudar? Explícame por favor…” – Jack hacía un esfuerzo por contenerse, por no gritarle exigiéndole ayuda.
-“Jack no te desesperes, por favor, tienes que mantenerte calmado para entender. Ya no perteneces a ese mundo, al menos no por ahora…”
-“Mientras Ennis pertenezca, yo también”

Sus ojos azules brillaban elocuentemente, ahora estaba lleno de decisión y ayudar a Ennis era su prioridad, no le importaba en ese momento la sabiduría, los amigos, y la luz que estaba recibiendo. Él estaba viviendo en un lugar celestial mientras Ennis estaba…. Mientras Ennis sufría un infierno.

-“Si, eso es cierto, una parte de ti está allí también con él, pero lamentablemente es su elección Jack, tú no puedes intervenir” – ahora la voz de Adrián era también decidida.
-“¿Qué? ¿Qué dices? ¿Cómo él iba a querer estar allí, miserable, solo, sufriendo como un condenado?, y…, y… ¿porqué no puedo ir donde está él? Por Dios, explícame ángel” – Adrián había recuperado su papel, el del ángel consejero, el de ángel guardián, no podía permitirse desviarse de su misión.
-“No puedes interferir en su vida Jack. Cuando estabas allí tu hiciste elecciones y él también ha hecho las suyas; las tuyas te trajeron aquí antes, amaste y sufriste pero nunca te negaste al amor, las que ha hecho Ennis lo retuvieron allí, es simple pero terrible, ya lo sé”
-“Ay Dios… ya recuerdo, esos hombres, yo no pude hacer nada… ellos me… ¿así llegué aquí? ¡Y él sigue allá!, Oh Dios…” - Jack empezaba a creer que era inevitable, que no había solución, eso lo asustó más aún, se daba cuenta que la distancia que lo separaba de Ennis era tal que no la podría cruzar tan fácilmente, y él siempre había hecho lo que fuera para llegar donde Ennis estuviera.
-“Si Jack, lamentablemente hay aún lecciones para Ennis que aprender allá, tan duras como las que tú recibiste; me temo que él no ha captado tan rápido como tu la lección más importante” – pareció entristecerse al ver la expresión de Jack, lo entendía perfectamente, pero sabiendo cuál era su deber continuó - “El mundo no es una escuela fácil, no lo es, por eso son pocos lo suficientemente valientes para ir allá, algunos necesitan siglos de preparación, pero cuando ustedes se fueron eran fuertes y estaban listos como para ir. Así tiene que pasar, se cometen errores, se sufre, se es feliz, se aprende… y luego se regresa aquí y se continúa en el aprendizaje, juntos o separados, no hay vuelta atrás.”
-“No, no creo, es muy duro, si lo pudieras ver entenderías… tú no sabes lo que está sufriendo, lo que yo estoy sufriendo por él…”
-“Ojalá no supiera” – la mirada de Adrián era si se quiere más triste ahora, si era posible más que la de Jack. Realmente Jack tenía algo que no tenían todos sus pupilos, una manera de mirar, una forma de hablar abierta, espontánea y sincera que desgarraba el corazón; ahora entendía porque su maestro se lo había asignado hacía eones cuando nació como una chispa del luz, Jack era ese alumno especial que pone a prueba sus maestros, los desequilibra y los hace mejores mientras los hace dudar de todo lo conocido. Ahora que era más consciente de la dura tarea que tenía en manos, prosiguió con todo el amor y la paciencia de su corazón sabiendo que podía ayudar a Jack.
-“Jack, todos en cierta forma lo sabemos, todos los de aquí, tanto los más adelantados como los más nuevos tienen seres queridos allá, seres con los que han compartido eones aquí o allá, amigos o como tú y Ennis…” – no podía continuar, esto le tocaba directamente, le traía recuerdos…
-“Almas Gemelas…” – dijo Jack, desconcertándolo por un momento, había recordado una lección recibida hace mucho, antes de haber nacido en Lighting Flat, al haberle llegado un trazo de los pensamientos de Adrián los había asociado con la idea perfecta.
-“Si, así es…” – y casi sin querer agregó – “y ustedes son del tipo más testarudo que haya visto, me extraña que no hayan nacido como siameses como castigo la última vez”

Al fin, Jack esbozó una sonrisa al recordar un sermón similar recibido hace mucho, ni sabía cuando fue de tanto tiempo que hacía, pero había recibido esa misma advertencia de un maestro luego de haberse mostrado inconforme porque Ennis y él nacerían a los extremos opuestos del mismo estado.

Era cierto, todo lo que Adrián le contaba era cierto, como también lo era que no podría ir al mundo junto a Ennis, no en forma física porque ahora igualmente sabía que ellos dos eran uno solo, sus almas eran una sola… “Oh Ennis, mi pobre Ennis del Mar…”

Continuará…

8 comentarios:

Dalia dijo...

Dedicado a Alas quien también es un ángel.

un-angel dijo...

...esta vez soy el primero... me ha parecido tierno y conmovedor, sobre todo la lección de Adrián sobre la dureza de la escuela de la vida... cuanta sensibilidad derrochas, amiga mía...
...y aplaudo la dedicatoria, Alas es más angel hasta que un servidor.
Un beso a las dos.

Anónimo dijo...

Dalia, no he podido evitar derramar algunas lagrimas, al imaginar el dolor de Jack por el sufrimiento de Ennis, de su querido Ennis..
Cuanto amor hay en él, es increible.

Muy lindo tu relato, te felicito

Max dijo...

Cuanto sentimiento... Otra vez Jack sufriendo por Ennis ¿podrá aguantar si hacer algo?

Dalia dijo...

Muchas gracias Angelito, me alegra que te haya gustado.

Usuario Anónimo gracias a ti también, bueno yo lloré escribiendolo pues aunque Jack hubiera decidido dejar a Ennis al final no creo que se hubiera sentido del todo feliz y satisfecho sabiéndolo fuera de su vida. Los dos eran uno solo.

Solo Max, Jack puede aguantar porque aunque a veces él parece más débil es más fuerte que Ennis, sino recuerda la última escena donde están juntos.

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

No sabés la de veces que escribí y borré este comentario... perdí la cuenta... no encuentro las palabras justas! Tal vez es porque a mi alrededor, se están hablando tantas tonterías y yo estoy colgada a este otro mundo maravilloso que has creado, espiando ese plano superior, ese lugar en el que seguimos siendo aprendices, esperando regresar a intentarlo otra vez... cada vez me gusta más tu relato, tanta dulzura, tanta complicidad... tantos detalles conocidos y reconocidos. Nos hacés sentir en casa, esa casa de la que todos venimos y a la que todos vamos.
Besos.

Alas dijo...

No pensaba volver a llorar, pero...Dalia...gracias. Ya estaba emocionada por el relato y ahora esto, me pasa que me impresiona, estos deben ser como esos golpes con que resucitan a la gente, pero van directo al alma y te sale la respiración por el impacto. Gracias amiga...ya no sé como seguir agradeciendo sin volver a decir gracias una y otra vez.

Tu relato es tan dulce y produce una tristeza más esperanzadora, esta vez el viaje tendrá que hacerlo Ennis y estoy segura de que el ángel Jack y el ángel Adrián le van a hacer mucho bien y lo van a ayudar a llegar...

Gracias por ese corazón que no te cabe en el pecho.

Dalia dijo...

Anita del Sur, Alas, gracias por sus palabras que me han emocionado tanto que me han hecho soltar unas lagrimitas tontas de alegria.

Aca en el plano físico donde estoy no tengo un verdadero hogar, mi familia está lejos y yo vivo aquí donde puedo trabajar, pero ya encontre una morada verdadera que puedo llamar hogar y en ella están ustedes con sus visitas llenas de amor.

Ya que Alas y yo no encontramos una nueva palabra para expresarnos pues sigamos con la ya conocida de Gracias.