lunes, marzo 23, 2009

El Camarada Magglio

Este artículo fue publicado en el Diario El Universal y está escrito por Elides J. Rojas L., columnista de dicho periódico venezolano.

Magglio Ordóñez, excelente pelotero. Hombre de marcas aquí y allá, en el imperio. Con muy buen ritmo para terminar su carrera con promedios por encima de un jugador de beisbol ordinario.

Pero, cometió el grave error de politizar su carrera y con toda seguridad, no ha entregado su alma al chavismo por razones ideológicas. Para empezar, Magglio no tiene pinta de saber siquiera qué es marxismo, plusvalía, neocolonialismo y cosas de esas que forman parte del glosario comunistoide y nunca de un beisbolista cuyo interés principal es pegarle a una pelota con un pedazo de palo.

Pero en el caso de Magglio hay otros elementos que hacen pensar que su pose revolucionaria es una completa farsa. Es decir, Magglio Ordóñez es un farsante del proceso socialista.

El camarada Magglio gana más de 17 millones de dólares por año por jugar con un guante de cuero y pegar carreras en unos campos del imperio hechos para que los gringos vayan a gastar plata, comer perros calientes y tomar cerveza y no para ver cómo se poncha un comunista de mentira. El camarada Magglio vive en el imperio en una muy buena propiedad. Tiene allí a su familia, como es lógico, y aprovecha la excelencia educativa del imperio para educar allí a sus hijos. No usa una Escuela Bolivariana de alguna barriada de Coro y menos una consulta con un médico cubano en un módulo de Barrio Adentro de Puerto la Cruz. Su familia hace muy buenos negocios con el gobierno y muy especialmente con las contrataciones que adelantan con la gobernación de Anzoátegui. Eso es público y notorio. Y para rematar a quién van a convencer de que los afiches que están por toda Venezuela con el camarada Magglio llamando a votar por el Sí de Chávez fue una donación, un acto desinteresado, en virtud de su militancia socialista.

Eso de socialista a juro y por necesidad se le puede hasta justificar a un ex pelotero, ya retirado, con poco dinero y con una carrera terminada más cerca del fracaso que otra cosa. Es decir un sobreviviente que arrastrado y jalando de lo lindo encuentra en Chávez al proveedor de dólares que su condición de pelotero no fue capaz de lograr. Como en los caballos. Cosas de potros perdedores.

No es que se justifiquen los abucheos a Magglio, pero acaso está prestando su imagen para promover una causa noble, una colecta para los niños con cáncer?. No. Simplemente es promotor de un régimen militarista y antidemocrático. Nada más. ¡Suerte, camarada Magglio! Y que la farsa produzca, que valga la pena la comiquita socialista. Unas pitas y unos abucheos no tienen precio. Los contratos sí.

El domingo 15 de marzo Chávez, en su show dominical, lo defendió y llamó apátridas a los cuestionadores del pelotero comunista. En Tves y TVT la campaña ya comenzó.

Magglio ya no es un pelotero. Asumió el riesgo. Ahora es un socialista en campaña. Un político jugando pelota en el imperio. ¡Jajajajaja!

El concierto de Miami.

MIAMI (AP) _ Los abucheos comenzaron desde la presentación de las alineaciones: un sonoro "buuuu!'' de una tribuna compuesta en su gran mayoría por fanáticos venezolanos en el Dolphin Stadium de Miami.

Paradójicamente, el jugador que era presentado no era de Holanda, el rival de turno de Venezuela el sábado en el inicio de la segunda ronda del Clásico Mundial de Béisbol. Se trataba del jardinero venezolano Maglio Ordóñez, una de las máximas estrellas del equipo "vinotinto'' que compite en el torneo.

Como suele suceder, la política se mezcló con el deporte y el motivo para los abucheos a Ordóñez es su simpatía con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

"Antes de venir a este torneo sabía que iba a pasar... ya nosotros (los venezolanos) estamos acostumbrados a estas cosas, y yo estaba preparado'' para los abucheos, expresó Ordóñez, quien participó en una reciente campaña política con Chávez.

El guardabosque lamentó la reacción del público porque "cuando me pitan a mi, nos están pitando a todos'' los jugadores del equipo.

"En vez de prestarle atención al juego, están pendientes a que yo me ponche'', agregó el toletero. "Me siento muy avergonzado por todos los abucheos de los venezolanos''.

Venezuela ganó por 3-1 y Ordóñez se fue de 3-0, con un ponche.

El coro de abucheos y de gritos de "chavista, chavista!'' acompañaron a Ordóñez en todos sus turnos al bate, y cuando abanicó en el cuarto inning el público venezolano lo celebró como si se tratara de un jonrón.

Tal fue el acoso a Ordóñez, campeón de bateo de la Liga Americana en el 2007, que el manager venezolano Luis Sojo lo sacó del partido antes de comenzar el octavo inning.

El público aplaudió su salida.

Su compañero Miguel Cabrera, que conectó un jonrón en el triunfo, dijo que todo el plantel apoya a Ordóñez.

"No me gusta. Somos parte de un país, somos Venezuela'', señaló Cabrera, compañero de Ordóñez con os Tigres de Detroit. "Le dijimos 'quédate tranquilo'. Uno no puede mezclar la política con la pelota, con el deporte''.

El público ciertamente lo hizo y dejó muy claro su sentir cada vez que Ordóñez se paró en el plato.

"¡¬Por mi que lo boten!'', exclamó Simon Azlak, un joven venezolano residente en Miami que observaba el partido acompañado por varios amigos.

Miami es sede de una numerosa comunidad venezolana, en gran parte compuesta por personas opuestas a las políticas de Chávez.

"Que lo expulsen de Grandes Ligas'', agregó Alex Regulo, uno de sus amigos que también vive en Miami. "No lo queremos ver más'', sentenció otro amigo Juan Rangel.

Sin embargo, algunos fanáticos venezolanos se expresaron molestos por la reacción de sus compatriotas hacia Ordóñez.

"A mi me parece injusto, porque él está jugando por Venezuela'', comentó Víctor Alvarado, un venezolano residente en México que viajó a Miami para ver los partidos del Clásico y que estaba acompañado por su madre y su padre, todos vestidos con camisetas de la selección sudamericana.

"No estoy de acuerdo con los abucheos'', coincidió Gustavo Bernal, un venezolano que viajó desde Barquisimeto al torneo.

El Concierto de Toronto

Escribe Efraín Ruiz: Caracas y Toronto están separados, aproximadamente, por 4.000 kilómetros, una distancia que ayer pareció hacerse infinitamente más corta no sólo por la cantidad de venezolanos, sino por la presencia de cantos políticos. El ya famoso coro de "Endy sí, Chávez no, Endy sí, Chávez no", un ritual del público de la tribuna del estadio Universitario y en menor medida del resto de los parque de pelota en el país, se dejó oír tibiamente cuando el pelotero fue a batear en el primer turno y con cada turno iría cobrando fuerza.

Pero si contra Endy los gritos no fueron personales, contra Maglio Ordóñez sí.

El quinto bate del combinado nacional fue abucheado fuertemente en la séptima entrada y también cuando apareció en una entrevista grabada que se mostró en la pantalla gigante del coso techado.

En sus turnos, sobre todo los dos últimos, se pudo escuchar "se va, se va, se va". Un grupo más pequeño entonó tibiamente "y va a caer, y va a caer, este Gobierno va a caer", consigna que se ha venido oyendo desde el 2002 y que a diferencia de la pancarta de "Arepa mata pizza" ha sido poco profética.

Para completar las similitudes con la parte más radical del público del estadio Universitario, no faltó quien la tomase contra Francisco Cervelli, el receptor venezolano de 23 años que está jugando para Italia y que salió a batear en la novena entrada.

"Traidor", "desgraciado" y algún otro improperio impublicable tuvo que escuchar Cervelli, que pertenece a Cardenales de Lara y este año jugó muy poco en la LVBP. Con lo que tuvo que escuchar en Toronto, a miles de kilómetros de su país, es probable que ya esté curtido para jugar en Venezuela.

La llamada ponchadora

Chávez conversó por teléfono con Ordóñez, Mora, Cabrera y Sojo "Magglio, ayer te fuiste de tres nada pero hoy te irás de 3-3", soltó con una carcajada el presidente de la República, Hugo Chávez, para darle la bienvenida a su programa a través del hilo telefónico a varios integrantes del combinado nacional que hacen vida en el Clásico Mundial.

Y es que el equipo de producción del programa dominical Aló Presidente hizo contacto con el grandeliga falconiano Magglio Ordóñez, horas antes de que el combinado vinotinto se enfrentara ayer a EEUU. "¿Como está Presidente?", dijo Magglio. "Acá están todos los muchachos, estamos viendo su programa, ¿con quién quiere hablar?", le preguntó. Chávez saludó a Melvin Mora, Bob Abreu, Carlos Guillén, Miguel Cabrera y hasta el manager Luis Sojo le solicitó un consejo para afrontar el reto de la noche.

Ordóñez se enfrentó a la prensa en Toronto minutos después. "Ahorita estábamos hablando con el Presidente. Aquí hay muchachos a los que no les gusta. Pero lo escuchan y lo respetan. Yo no entiendo cuál es el odio que le tienen algunas personas. Si no les gusta vayan a votar".

"Un grupo vino a pitar y a hacer campaña política. No me molesta, los ignoro", dijo Magglio, quien el día anterior recibió abucheos desde la tribuna del Rogers Centre.

2 comentarios:

pon dijo...

Bueno qué cosa no?

Cuando se mezclan las cosas es el riesgo que hay que asumir y ya está. Lo de Chávez no es ni socialismo ni comunismo, es puro fascismo disfrazado. Diga lo que diga él y sus secuaces fascistas.

Dalia dijo...

amén!