jueves, marzo 26, 2009

Lucy


Lucy está más que feliz… su cumpleaños número 15 está cerca y ella sabe que su padre cumplirá su promesa: “lo que quieras para tus quince años!”

Ella está muy clara en que es lo que quiere para sus quince, y en que es lo que su padre cree que ella pedirá: un crucero de quinceañeras.

Pero no… eso tal vez lo soñaba cuando ella era una niña, cuando quería ir a Disney de nuevo en un viaje de quinceañeras, o mejor aun, en un crucero en el que le permitieran bailar, viajar y comprar como loca: ropa, prendas, zapatos, cosméticos!!!!!

Pero ahora que ya es toda una mujer, ella sabe muy bien lo que quiere: un par de lolas nuevas, grandes, sexys, como mínimo un 34 C, y si se puede más.

Porque, cómo pensar que ella pueda resignarse a vivir la vida siendo así: plana, sin gracia… sin forma pues??!!

Además, ni que fuera la primera en el mundo!!! Si ese era el regalo más popular entre sus amigas y las chicas de su edad!!!

Ya Vanesa se las había operado, y Kathy… incluso la odiosísima y petulante Priscila… ahhhh como odiaba verla tongoneándose por los pasillos del Colegio, como una sirena rubia, con su larga cabellera dorada… a fuerza de tintes, de seguro!!!, con sus lentes de contacto azules, y por supuesto, su par de poderosas razones!!!!

Y como se le chorreaba la baba a todos los chicos cuando la veían: todos querían salir con ella, invitarla al cine, darle dulces, regalos, peluches y tarjetas; todos querían ser su novio.

Pero ya verán!! Cuando ella se operara también se las llevaría a todas por delante… es que ya podía verse: caminando como en una pasarela por el Centro Comercial, con su bolso, sus minifaldas favoritas… y su par de tetas nuevas!!! Es que iba a causar sensación, envidia… y de todo!!!

Llegado el gran día, cuando se lo dijo a su papi, no le fue tan bien como quería. Su padre puso resistencia pero su madre, como ella pensaba que haría, la apoyó.

-“Dale a la nena lo que te pide… se lo prometiste!”

Además, quién podía entenderla mejor que su madre?, si ella misma se había operado, y no solo las tetas, sino que se había hecho ya un retoque en las arruguitas que apenas tenía, se había inyectado los labios para hacerlos carnosos y seductores, y el botox era su mejor amigo.

Por supuesto, su padre cedió, aunque no sin ciertas dudas, y no por el precio que pudiera costar sino por el riesgo que implicaba… es que según él, ella era aun una niña a la que aun le faltaba crecer y desarrollarse. Como si aun le fueran a crecer mas las tetas????!!!! No señor. Ella fue inamovible y chilló y lloró lo que hizo falta; a la final, como siempre, ganó.

Todos los trámites se hicieron rápido: tenía que tener sus pechos nuevos antes del día de su cumpleaños: fue a ver al médico cirujano que atendía a su madre, quien en efecto, le confirmó que sus senos eran muy chicos para su edad, y que no habían ningún problema en que deseara no ser planita y verse bella.

Y todo se pagó rápido, se eligió el tamaño y el tipo de las prótesis que le colocarían, y era tan pero tan feliz!!!! Apenas podía esperar!.

Ella sabía que tal vez dolería un poco, pero nada se compararía a las satisfacciones que tendría luego: al ver la cara de los chicos en el colegio, a ver la expresión de envidia de sus amigas y enemigas, a lo que sentiría con la ropa nueva que se iba a comprar, y todos aquellos sostenes sexys que soñaba con vestir.

Y el día de la operación llegó rápido como lo deseaba, se despidió de su papi zalamera y conciliadora, dándole las gracias de manera apabullante y casi perversa por el logrado regalo, riéndose en sus adentros de la expresión de su padre que no terminaba de estar convencido de la idea.

Cómo hubiera tratado de ser buena de verdad y de darle sinceramente las gracias a su papi en ese momento de la despedida, si hubiera sabido que era el último rato que compartirían juntos!. Lucy jamás despertó.

Una complicación. Alergia a la anestesia. Jamás se había operado antes. Cómo proveerlo? Disculpas. Gritos. Amenazas. Demandas. De nada valieron.

Lucy jamás llegó a sus quince.

3 comentarios:

Rosa dijo...

"Nadie puede negar que hay dinero en el mundo
Pueden comprar lo que pueden soñar
Deben amar sin embargo prefieren gastar
Y para que tener dinero y no poder tener amor" Rio
Pobre Lucy la vanidad le costo la vida.

pon dijo...

Yo no sé qué estamos haciendo tan mal para haber creado una sociedad tan enferma, tan superficial y vacía.
Me ha encantado tu texto, con toda su denuncia a amargura. Genial y certero, Dalia.

Dalia dijo...

Gracias mis queridas amigas.

Saben, aun no se me quita el amargo de boca cuando recuerdo haber leido en la prensa que los regalos mas populares para el Niño Jesus en Navidad fueron: cirugias esteticas, blackberries y laptops.

Por Dios, no les miento que Lucys es lo que sobra en Venezuela, ricas y pobres, todas se baten de rabia peleando con sus padres porque quieren mas tetas o mas culo, o menos cintura.

Cuando veo a las famosas misses venezuelas que todas sueñan ser, y que como mujeres, jovenes o mayores, como no pueden ser como ellas se desprecian a si mismas, me da ganas de patear de la rabia.

En Venezuela, si no fuiste miss, muy dificilmente protagonizaras una novela, una pelicula o un programa de concurso, asi no sepas ni hablar o leer como un ser humano de estudios promedios.

Y en Venezuela no hay mujer que no haya soñado con ser miss, con sus medidas de 90-60-90, narices perfiladas y grandes tetas a fuerza de cirugia. Todas las misses venezolanas son unos robocops o terminators llenas de artificialidad.

En esa sociedad estan creciendo nuestras niñas que quieren ojos azules, cabellos rubios, cinturas diminutas, y grandes tetas para Navidad.