lunes, julio 31, 2006

Paraíso

A Jack le agradaba la idea de que los perros estuvieran ahí con él en la montaña, allá en la parte más alta donde estaban los pastizales, donde debían llevarse las ovejas para que se alimentaran en el verano: día a día, hora tras hora sin descanso. A él le parecía que esos bichos no tenían ningún otro entretenimiento en la vida que no fuera comer, y tal vez echar una tirada de vez en cuando.

Las ovejas no despertaban en él mayor simpatía, excepto por el hecho de que gracias a ellas, Aguirre lo había contratado, había podido ir a Brokeback Mountain y conocer a Ennis del Mar. Pero tampoco se le olvidaba, que ellas eran la razón por la que tenía que subir y pasar la noche en lo más alto, soportar el frío sin fogata, estar despierto casi toda la noche, viajando cuatro horas cada día para poder desayunar y cenar, y sobretodo, lejos del campamento donde estaba Ennis, quien se quedaba tan solo en el campamento como estaba él allí.

En ocasiones, esto lo hacía mirar las ovejas con rabia y ponerse de mal humor, sobretodo cuando se acordaba de los frijoles que lo estarían esperando para la cena otra vez, tal como había sido el día anterior, y el anterior a ese, y casi todos los días desde que llegaron a Brokeback. En estas ocasiones le entraban ganas de matar una de esas ovejas y comerla asada, llevándole una buena ración de carne a Ennis, quien de seguro también estaba cansado de comer lo mismo todos los días.

Pero con los perros era distinto, se había encariñado rápidamente con los dos cachorros que subieron con él a la cima de la montaña; eran perror bien cariñosos a pesar de que no eran mascotas, sino animales de pastoreo acostumbrados al trabajo duro. Uno de ellos se mostraba especialmente alegre cada vez que Jack regresaba del campamento, y cuando se acostaba en el suelo a dormitar un rato, con su sombrero en la cara, la cabeza apoyada en un tronco viejo y caído que hacía el papel de almohada, el perro se sentaba a su lado a vigilar su sueño, acercándose cada vez más como quien no quiere la cosa, hasta que un momento después, estaba durmiendo plácidamente con la cabeza en su pecho.



Jack no se lo quitaba de encima, al contrario, le encantaba sobremanera sentir su calor y el ritmo de su respiración sobre su regazo, era agradable sentirse apreciado y calentito a la vez, ahí donde la montaña era más fría y no tenía nadie quien le hiciera compañía.

En cambio, se había dado cuenta que Ennis sentía especial atención por los caballos, solía tratarlos con bastante cuidado y les hablaba en susurros, además siempre estaba pendiente de colocarlos en un lugar donde pudieran alimentarse bien y tuvieran agua a su alcance. Era evidente que no era de los que maltrataban a los caballos y que tampoco era afín al uso de las espuelas.

Jack al atardecer, se sentaba junto al perro con el rifle en el regazo, y mientras le acariciaba las orejas miraba el horizonte, deseando no sentirse tan solo, soñando con establecerse en algún lado, un lugar para él y para Ennis, en donde pudieran estar juntos sin problema alguno, haciendo las cosas que les gustan, mientras vivieran rodeados de perros, caballos, ¿y por qué no? Tal vez también de estúpidas ovejas, pero que fuera un lugar para los dos, donde Ennis quisiera estar con él tanto como él quería estar con Ennis… un lugar donde los azulejos cantaran y fluyeran manantiales de whisky, porque ¡qué diablos! Cada quien imagina el paraíso como le dé la gana.

viernes, julio 28, 2006

Te Miro

Tú cabeza en mi pecho, tu brazo alrededor de mi cintura, el calor de tu respiración, relajada, lenta y acompasada, siguiendo el ritmo de tu corazón, tu aroma me rodea haciéndome sentir que la soledad es un tema inexistente en mi vida. Duermes como un niño inocente y feliz, dejándome contemplarte tranquilo y sereno como pocas veces puedo hacerlo.

Quiero alejar de mi mente cualquier pensamiento de que éste momento no es eterno, que estos ratos de felicidad son robados de nuestras vidas cotidianas, pero ¿por qué no puede ser siempre así? ¿Por qué te empeñas en mantenernos en esta situación? Separados, ansiándonos, esperándonos, deseándonos, viviendo cada día como una tortura autoimpuesta, hasta que por fin podemos vernos nuevamente, dos, tres veces al año, cuatro si tengo suerte y logro que aceptes mis ruegos, que vengas a mí.

No lo entiendo completamente, trato de respetar tu decisión, porque sé que cuando estás conmigo eres plenamente feliz, tu sonrisa es radiante aunque refunfuñes y regañes como un viejo gruñón, tus ojos brillan cuando me miran, tu cuerpo se adapta al mío como dos piezas de un rompecabezas, tus besos son completos y plenos: tiernos ó rudos, pero míos completamente; tus suspiros cuando duermes me dicen que es aquí y así que quieres estar siempre.

Pero no lo harás, sé que no, eres tan obstinado y obtuso como una mula vieja, así que ésto es lo que tengo, debo aprovecharlo; me duele el corazón de tanto que te quiero, me duelen los ojos de tanto mirarte sin querer parpadear, deseando memorizar cada línea de tu rostro, cada peca, cada forma de ti, porque recordarte es lo único que tengo cuando parto, me queda el soñarte y mirarte con los ojos de mi mente.

¿Y tú? Me sufres, me añoras, me extrañas, sueñas conmigo, vives para recordarme, estoy seguro que cuando estamos lejos, te vuelves aún más silencioso y huraño, y cuando estás con tu mujer seguro piensas en mí, imaginas que es conmigo que estás, que es a mí a quien besas y acaricias.

NO. No quiero pensar en ella, ni quiero pensar en mi mujer. Solo quiero sentirte así, mirarte así tan cerca de mí, sabiendo que me quieres y yo te quiero, soñar que podrá ser así algún día: tú y yo juntos para siempre, noches y días, desayunos y cenas, peleando y riendo, montando a caballo y cuidando del ganado, nuevamente juntos como en Brokeback.

Sé que lo último que miraré el día que muera, será esa mirada tuya, esa que dice todo lo que tu boca no sabe decir, y que entonces la vida ya no tendrá sentido, porque la vida eres tú junto a mí y yo que existo por tí.

jueves, julio 27, 2006

El Hogar

¿Quien iba a pensar que el hogar no era solo un lugar?
¿Cómo iba yo a saber que el hogar puede estar en muchas partes al igual que un espejo que se rompe en mil fragmentos?
¿Cuándo aprendí que el hogar no es un físico sino que habita en muchos corazones y tiene tantos colores?

Yo no puedo decir que tenga un hogar físico que sea mío propio, o que éste se encuentre en un solo lugar. Cuando tenía solo 17 años debí salir del hogar de mis padres, tuve que vivir en varios lugares mientras estudiaba en la universidad, desde Churuguara mi pequeño pueblito natal a Barquisimeto, que aunque ahora me parece una ciudad pequeña, en esas épocas era para mí, que soy toda una pueblerina, una gran cuidad llena de retos y peligros desconocidos.

Al principio con unos tíos, luego en un apartamentito que compraron mis padres, ellos querían que mis hermanos y yo pudiéramos estudiar en esa ciudad, vivir juntos otra vez ahora que ellos también era grandes. Estudiar en la universidad era cosa que no podíamos hacer en mi pueblo natal, porque es solo eso: un pueblo que no cuenta, o no contaba por aquellas épocas, con una universidad.

Ya en aquellos años empezó la división: una parte estaba en con mis padres, otra donde mis tíos donde fui tan feliz con mis primos a pesar de tantas cosas, la otra parte donde estaba yo viviendo con mis hermanos.
Pero se fue dividiendo más aún, había una parte en cada lugar donde compartí con mis amigos de la universidad: con Dinel, Crisdelis, Consilia, Gisela, Ángela, Marilin, Magda y muchos más, con los que compartí tantas horas de estudios, tantos trasnocho y bromas de jóvenes, pensando que teníamos toda un vida por delante; en el lugar donde estaban ellos había un pedacito de mi hogar también.

Luego de la graduación los pedazos se separaron, unos se fueron a ciudades lejanas, a sus lugares de origen, a nuevos horizontes donde podrían desempeñarse profesionalmente, y yo me quedé por un tiempo aún allá, reflexionando todas estas cosas mientras conseguía otro destino, y gracias a uno de esos pedazos de hogar lo hallé, me fui a otra ciudad: Puerto Ordaz, donde tuve mi morada casi 3 años, una ciudad tranquila como Barquisimeto, aunque también llena de retos y enseñanzas.

Allí aprendí que el hogar no era físico, conocí más amigos que ahora son partes integrales de mi corazón, con los que formé algo parecido a una familia (con Carmen y sus hijos donde viví casi dos años), compartí más con Crisdelis y la conocí mejor, fuimos las mejores amigas, reencontré otra amiga de la universidad, y luego me sentí al fin preparada para vivir sola por primera vez en la vida: noches largas de lágrimas y añoranza, preparar mi propia comida y aprender más responsabilidades, y descubriendo la felicidad de la independencia que embriaga como un buen vino.

Encontré a alguien más que ahora es otro pilar de mi hogar: a Yajaira, otra gran amiga que medio calor, amistad y me hizo sentir que estaba en el hogar.

Pero se acabó, más separaciones, un hogar compuesto de pedazos y más pedazos, pero no más pequeños. Vuelta a la ciudad donde estudié, crecí y me desarrollé como profesional, reencuentro con amigos y familiares, amigos nuevos, más pedazos del corazón juntos por un tiempo.

Y luego de un rato llegué aquí, la ciudad más dura de Venezuela, Caracas, llena de gente, energía, edificios, más retos, más enseñanzas, más dificultades, pero también reencuentros con amigos añorados y queridos de tantos años, formar una nueva familia unida por los lazos de la amistad y no de sangre, risas, lágrimas y vivencias.

Y aquí estoy, no vivo en un hogar físico, solo una habitación alquilada con derecho a baño y cocina, pero con un hogar inmenso en el corazón, lleno de sonrisas, poesías, recuerdos, añoranzas y amor.

Ahora mi hogar es un palacio inmenso en el que ahora ustedes están también, y que forman parte del latido que me mueve cada día, el calor de la chimenea, las sonrisas inesperadas, una rosa en el corazón.
Gracias a todos por su cariño, por enseñarme que el amor es infinito.

miércoles, julio 26, 2006

Dolor y Esperanza

Hoy no siento nada, no pienso en nada; no quiero hacer nada. Me importa un carajo el trabajo, las ventas, las maquinarias, mi suegro, mi hijo, y menos aún Lureen.

Hoy solo siento que estás muy lejos de mí. Tu ausencia es como un cáncer que me corroe por dentro sin compasión: la comida no sabe a nada, la ropa no tiene ninguna gracia, el verano no tiene sentido, la risa es el eco de mi desgracia, el sexo no da consuelo y mucho menos placer, el dinero no vale nada porque ¿acaso podría comprarle al tiempo un instante contigo? ¿Podrían algunos dólares acortar la distancia y llevarme hacia ti ahora mismo? Y si fuera hacia ti. ¿Harían ellos que tú me aceptaras y no me mandaras al diablo como ya lo hiciste antes?

Me monto en mi camioneta y manejo sin rumbo ni meta, viajo a toda velocidad por éstos caminos secos y desérticos perdidos en el tiempo, tan áridos y moribundos como mi propio corazón. Solo quiero alejarme de todo; hoy el anhelo y la añoranza son como una garra en mi estómago, hoy sufro como un condenado y no puedo ni con mi alma ¿Por qué carajo hoy te extraño tanto? ¿Qué tiene hoy que no tuvo ayer, y el día anterior, y el anterior a ese?

Hay días que no tengo nada, ni consuelo ni tranquilidad, no hay paz, NADA, solo tengo ausencia de ti y un vacío en el pecho más grande que el cielo.

Quisiera vomitar, emborracharme, gritar a los cuatro vientos, caerme a golpes con el primero que se me atraviese, descargar mi arma, blasfemar y maldecir al cielo… yo qué se… pero nada de eso serviría para algo pues ninguna te borraría de mi, ni el dolor físico, ni el alcohol, ni el recuerdo de tu olor y tus besos. Solo tu abrazo calmaría mi dolor, no hay más cura para esta enfermedad.

Pero no te tengo, no estás, y sabrá el cielo cuando estarás otra vez conmigo. Así que cuando al fin consigo un camino que me lleva a un lugar apartado, a un desfiladero de un espacio abierto tan grande como la brecha que hay en mi alma, me detengo y bajo de mi camioneta, me acerco a la orilla y mirando al vacío grito tu nombre una y otra vez y mil veces más… casi no puedo más, me quedo ronco y sin voz, tal vez si grito más fuerte pueda sacarme este garfio del pecho

Y así al fin las lagrimas vienen en mi ayuda, cayendo de rodillas lloro como un niño, a moco tendido, sin control, no hay trabas que me detengan, cataratas saladas que lavan mi pena pero que no traen ningún consuelo.

Solo junto a ti mi vida se puede llamar vida, mientras tanto el dolor de cada día seguirá amontonándose en mi pecho hasta que pueda conseguir el modo de abrir la compuerta de nuevo y dejarle salir otra vez al tormento que me aqueja, o hasta que vuelva a verte, a sentirme tuyo de nuevo y creer de nuevo en tu amor.

Me pregunto cuanto tiempo más aguantaré así, y peor aún, quisiera saber si sería alguna vez capaz de dejarte y aceptar que no me necesitas tanto como yo te necesito a tí, pero solo de pensarlo las nauseas, el dolor, los gemidos y el llanto vuelven y me vuelven un guiñapo, ¿qué vamos a hacer? ¿Qué voy a hacer? No soy de hierro, soy solo un hombre y ésta no es vida en verdad, solo es pasar las horas y sobrevivir día tras día lleno de esperanzas y sueños rotos.

Sin tan solo…. Si tú fueras capaz… esperaré un tiempo más, ¿qué más puedo hacer?... esperar por ti que eres mi vida… veinte años de dicha y dolor… pero no mucho más… ya no… porque el resto será para mí… aunque me cueste la vida y tenga que arrancarme el corazón del pecho… Ennis hijo de puta… cómo me quedan lagrimas para llorar si ya te lloré un mar… si pudieras… si me mostraras que me quieres tanto como yo a tí… qué no haría yo… esperaré Ennis… un poco más por ti… no me defraudes amor…

martes, julio 25, 2006

Paseos

Los paseos a caballo con Ennis eran los más hermoso en la vida de Jack, los guardaba todos en su memoria como un tesoro en un cofre secreto, y en los momentos en que se sentía solo por allá en Texas, cuando no soportaba la cara fruncida de su suegro, las horas interminables que duraba su esposa frente a la calculadora sumando ganancias, o al ver lo malcriado e insoportable que podía ser su hijo a veces por culpa del mimo exagerado de sus suegros, se iba a cualquier sitio donde pudiera tener un poco de paz y mientras fingía leer el periódico, dormir una siesta o simplemente mirar al vacío, los extendía ante si como quien observa una colección de joyas preciosas, tratando de recrear en su mente cada momento de algún determinado paseo: el olor del bosque, el ruido de los cascos de los caballos sobre el húmedo suelo, el color de los rayos del sol filtrándose por las ramas de los pinos, y finalmente, el suave canturreo de Ennis mientras cabalgaban en silencio, quien se mantenía tranquilo y relajado mientras paseaban por los bosques que rodeaban el campamento, siempre cerca de ríos y arroyuelos y rodeados por la magnífica presencia de la naturaleza.

Casi siempre, Jack rogaba desde su corazón que estos días duraran más, que las horas se alargaran lo máximo posible para poder disfrutar de la compañía de Ennis en esos lugares de ensueño, que tal vez eran fríos, pero eran avasallantemente hermosos, y que le permitían soñar que si el paraíso que tanto pregonaban en las iglesias existe, no podía ser un lugar muy diferente a éste, colmado de belleza y paz.

En ocasiones Jack miraba a Ennis disimuladamente, con miedo de romper el hechizo de su canturreo inconsciente, sin poderse resistir a ver la suave expresión de su rostro y el verde de sus ojos que combinaba perfectamente con el color de la abundante vegetación, pero siempre ocurría que Ennis se daba cuenta, y luego de mirarlo con picardía y risa contenida, le soltaba un: “¿Se te perdió algo, muchacho?”, para luego reír alegremente de la expresión arrobada de su rostro. Esto constituía una especie de juego entre ambos, en el cual Jack siempre le contestaba de manera diferente, ésta ocasión le soltó un: -“No muchacho, solo me pareció escuchar cantar un grillo en un tu boca, pensé que te lo habías tragado”, y riendo a carcajadas aupaba al caballo a correr a galope, sabiendo que Ennis lo perseguiría, y que nada deseaba más que ser alcanzado.

La vida de Ennis y Jack estaba dividida en dos, y esta era la parte más corta y esperada, pero al ser tan felices en ella, les daba fuerza para seguir y volver a sus obligaciones del mundo “real” donde el Vendedor de Maquinaria Agrícola y el Vaquero de Oficios Múltiples vivían sus días.

viernes, julio 21, 2006

¡Feliz Cumpleaños Hada del Sur del Mundo!


Amiga querida, hoy 22 de julio te deseo el mejor de los cumpleaños, te quiero mucho, te admiro y estoy feliz de contarte como amiga.

Como no puedo darte un regalo en persona te dedico mi canción favorita: "Clocks" de Cold Play pero a través de este video animado japonés que habla de un hada.

Que la pases super bien, disfruta y un abrazo a tu amado. Tu amiga del norte del sur,
Dalia
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Estos son algunos mensajes que tus amigos de Brokeback hicimos para ti:
CADENA DE AMOR PARA CELEBRAR A UN HADA

Felicidades Ana,

Muchas gracias por hacerme volvar y viajar al Sur del mundo donde los seres como tú existen y transmiten tanta sensación de paz y amor.
Que mi hada preferida brille siempre con fuerza, y que la vida te sonría del mismo modo que tú le sonríes a ella.
Un fuerte abrazo con cariño, y un tironcillo de orejas.

Jabyjack



Este es el primer cumpleaños acompañada por nosotros pero no será el último porque encontrar a alguien así no ocurre todos los días y hay que aprovechar las oportunidades que nos da la vida. Anita vino un día y se coló en mi corazón, traspasó la membrana que lo recubre y desde entonces vive allí haciendo que mis viajes en internet sean más bellos. Se llama como yo y aunque vive a 12.000 km de mi casa me siento muy cercana a ella, a sus pensamientos, a sus sentimientos y a esa hermosa forma de escribir y de hablar. Anita, una vez oí algo que tus paisanos le decían a tu admirado Maradona y que ahora te repito a tí: ¡¡¡ NO TE MUERAS NUNCA!!!
Felicidades amiga!!

Ana



Ana del Sur, solo de hoy estas palabras me viene a la mente una imagen: la de una mujer de alma libre, hermosa, llena de luz y de poesía ¿hay cosas que importen más que estas? Si hay algo que le voy a agradecer a Brokeback para siempre es el hecho de haber conocido personas maravillosas, y Ana del Sur es una de ellas. Hoy Anita celebra un cumpleaños más pero no un cumpleaños cualquiera, porque aparte de sus amigos del sur y de su Amado estamos nosotros, un montón de locos de todos lados: del norte y el sur, de cada lado del Océano y de varios países distintos, que le mandamos montones de flores, besos, abrazos y todo el amor que somos capaces de sentir. Te quiero Anita, estoy orgullosa y feliz de ser tu amiga, te deseo el mejor de tus cumpleaños y que la pases súper bien.

Dalia



Anita querida, me uno a los amigos para celebrar tu cumpleaños, en unos pocos meses has llenado de magia muchas vidas, imagino lo que habrá sido durante estos años para la gente que está a tu alrededor. Gracias por permitir que te acompañemos en una fecha tan especial, el alma se viste de gala para festejarte. Un abrazo muy, muy fuerte...creo que en ese abrazo podrás sentir más que lo que pude decirte con palabras. Te quiero mucho amiga, FELICIDADES.

Alas
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Estoy seguro que faltaron algunos pero por cuestiones de tiempo no los pude recibir todos, esta noche voy saliendo de viaje por el fin de semana pero no quería irme sin felicitarte. Te queremos hada alada,
Dalia

Johnny Depp Forever



Johnny es y siempre será él mismo. Las razones más poderosas para quererle y admirarle para mí son esas precisamente: su autenticidad y honestidad.

Son muchos lo que siempre le han tachado de excéntrico, incluso dicen algunos que tal vez está un poco loco debido a su peculiar forma de ser, tan diferente y particular comparado con la mayoría de las estrellas de Hollywood.

Johnny no va a fiestas de Hollywood, es más, ni siquiera vive en los Ángeles como la mayoría de los que están en el show bussines, él vive en Francia en una villa llena de paz y tranquilidad, junto a sus hijos y su pareja.

Johnny no hace películas que no sienta que tienen un significado para él, no importa si hay un gran riesgo de que no sea un éxito en taquilla, o que represente un personaje atípico y algo extraño: Eduard Manos de Tijeras, Willy Wonka y Jack Sparrow son unos claros ejemplo de ello.

No hay forma de que Jack Sparrow fuera el personaje tan llamativo que es: un pirata encantador y mentiroso que está lleno de simpatía a pesar de ser un sinvergüenza, esto gracias a que Johnny lo construyó desde su propio ser poniéndo mucho más de lo que cualquier guionista o director de cine hubiera esperado. ¿Quién más podría haber sido un mejor James Matthew Barrie, el niño grande que creó al mágico Peter Pan en Descubriendo el País de Nunca Jamás? ¿quién habría hecho un mejor conquistador de féminas en “Don Juan de Marcos” ó un gitano más hermoso que el que Johnny hizo en “Chocolat”?

Y no es solo cuestión de ser guapo, tener una cara hermosa, unos ojos negros maravillosos y un cuerpo atlético y elegante es algo que él mismo se ha empeñado en ocultar bajo sombreros, cabellos largos y lentes oscuros, cansado ya de ser catalogado de “sex symbol” y el chico más buen mozo de su generación; para él ésto distraía la atención de su gran talento artístico y le dificultaba hacer el tipo de películas que tanto le gusta, fue por ésto que dejó su trabajo en la televisión en la serie 21 Jump Street a pesar que estaba en la cúspide de la fama.

El arte de la actuación y el buen cine no lo limita a las producciones hollywoodenses, hace unos años Johnny aceptó ir a España trabajar el "Perdido en la Mancha", película que no se llegó a dar debido a problemas de todo tipo que no fueron posibles de solucionar, también partició en la hispana "Antes que Anochezca" donde se narra la vida del novelista y poeta Reynaldo Arenas, o la francesa "Y Fueron Felices por Siempre". En ninguna de estas producciones Johnny hace un papel principal pero sin embargo, hizo su aporte actoral a la historia sin pretenciones de gran estrella.

Es increíble que alguien como él, tan extrovertido en sus papeles y que habla no solo con su voz sino con sus ojos y sus gestos, sea un muchacho tímido que cuando le entrevistan habla pausadamente y que a veces baja la mirada tímidamente frente a sus entrevistadores, dedicandose a hablar no solo de sí mismo y de sus personajes, sino de sus compañeros, directores, técnicos y escritores que participan con él en una producción.

Lejanos están los días en que Johnny era un muchacho confundido, que se paseó por el mundo de las drogas y el alcohol, que no conseguía aun su lugar en el mundo y se trataba de descubrir a sí mismo.

Dos años seguidos fue nominado al Oscar como Mejor Actor por sus papeles como Jack Sparrow en "Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra" y Sir James Barrie en "Descubriendo el País de Nunca Jamás".

Ahora es un actor talentoso, genial, sereno y lleno de magia, que es y siempre será un estrella inigualable en el mundo del cine y la actuación.

Te queremos tal como eres Johnny, nunca cambies.

jueves, julio 20, 2006

El Regalo

Esa mañana todo era diferente, por alguna extraña razón hoy no se sentía él mismo. El día de hoy se sentía invadido por el espíritu y el corazón de Jack Twist y el mundo era de otro color, más brillante y alegre.

Había visto los guantes en la vidriera y enseguida una imagen había aparecido ante sus ojos: las manos de Jack vestidas de esos guantes.

Por alguna razón no dejaba de pensar en eso así como en el hecho de que jamás le había regalado nada a Jack. Pero, ¿qué le pasaba?, Jack tampoco le había regalado nada a él, no se hubiera atrevido, lo conocía y sabía que era orgulloso como nadie, que se hubiera sentido ofendido ó molesto porque él no contaba con tanto dinero como Jack para hacerle un regalo.

Sin embargo, por alguna extraña razón no se podía quitar esos malditos guantes de la cabeza, se regocijaba imaginándose la cara de Jack si se los obsequiara: sorpresa, alegría y sonrisas por montón. Algo que además le hacía se sonreir como idiota era imaginarse la manera como Jack se los agradecería: los besos, las caricias, el goce que disfrutarían juntos, de solo pensarlo se sentía algo excitado y molesto a la vez.

De todas formas no tenía dinero para comprarle a Jack los malditos guantes, y si los sacara a crédito, eso no garantizaba que se atrevería a dárselos a Jack después de tenerlos. Sentía que se le haría un nudo en la garganta y que no hallaría la manera de darle ese presente, le parecía que sería como mostrar su lado débil o peor aún, un lado romántico que él no creía tener.

De todas formas no aguantó más, de seguro se arrepentiría toda la vida pero lo hizo a pesar de todo. Fue y habló con el dueño de la tienda, le dió todo el dinero que tenía encima en adelanto por el pago por lo guantes, y como éste lo conocía de hacía tiempo acepto el trato. Ahora no se podría tomar ni una triste cerveza hasta su próxima paga, pero lo más raro era que no le importaba un cacahuate, la bolsa escondida en su camioneta era como un secreto que lo llenaba de dicha, ya casi no podía esperar que llegara el día de ver a Jack otra vez.

Pasaron dos meses. Ennis estaba listo ya para volver a las montañas, montó sus cosas en la camioneta y se fue a toda máquina al encuentro de Jack, por todo el camino iba pensando cómo le daría el regalo: ¿sería una sorpresa? ¿se lo daría cuando llegara o esperaría para luego? ¿después de hacer el amor tal vez? No se decidía, y pensó que cuando le llegara la inspiración se los daría y trató de no darle más vuelta al asunto.

Llegó el encuentro y no dijo nada. Pasaron dos de los cuatro días que compartirían juntos y tampoco lo hizo. Se sentía algo acobardado y no quería comportarse cursi ó ridículamente, la mayoría de las veces se veía a sí mismo y a Jack como dos viejos amigos muy queridos, Jack era su mejor amigo y le conocía como nadie, no quería rebajarse ante sus ojos ni mucho menos ofenderlo.

El tercer día, Jack recogía algo de leña para la fogata y mientras tanto Ennis estaba sentado meditabundo, pensaba en su falta de decisión en darle los guantes y salir de eso de una vez, la situación se estaba volviendo una piedra en su zapato.

De pronto Jack le habló y tuvo que hacer un esfuerzo por oírle:

-“Maldito frío, se te congela todo ¿eh?, ¡ayúdame un poco hombre!”
-“¿Tienes frío? Bueno, yo tengo una solución para eso” – dijo Ennis con una sonrisa al verle las manos descubiertas.

Jack sonrió pensando en otra cosa que solía quitarles el frío a ambos en la montaña, pero en seguida se sorprendió al ver que Ennis se levantó, y en lugar de ir hacia él se fue hacia su camioneta –pero ¿qué diablos? – pensó.

En un momento Ennis estaba de vuelta con un pequeño paquete en las manos:

-“Esto te ayudará con el endemoniado frío” – dijo, pero no se lo dio a Jack sino que lo abrió el mismo y sacó los guantes, luego se le acercó mientras Jack lo miraba sin entender aún y le cogió una mano. Con cuidado y cariño, casi como si fuera a un niño y como solía hacer con sus hijas, Ennis le puso un guante y luego el otro, mientras tomaba sus manos con delicadeza casi como si fuera una caricia.

Mientras tanto Jack no cabía en sí de gozo, no quería hablar ó respirar siquiera para no dañar el momento. No sabía qué decir o hacer, así que se quedó casi inmóvil respirando profunda y lentamente mientras Ennis deslizaba los guantes por sus manos suave y tiernamente.

Este gesto de Ennis para él valía más que todos los regalos superfluos de navidad, aniversario y de cumpleaños que le había dado su esposa, sabía que a Ennis no le sobraba el dinero y que además, él no era de los que compraba cosas para una mujer, mucho menos lo habría imaginado haciéndolo para él.

Cuando Ennis terminó de ponerle los guantes, Jack se quedó mirando sus manos, no sabía que hacer para parar los lagrimones que querían venir a sus ojos sin esperar su consentimiento. Poco a poco levantó la vista y se enfrentó a los ojos de Ennis que trataban sin poder de esquivar su mirada.

-“No me mires así, no es para tanto. Son solo unos estúpidos guantes” – dijo Ennis –“No valen nada y…
-“No es cierto”- le cortó con la voz ronca de emoción – “Valen mucho para mí. Yo…” – y sin aguantar más se lanzó hacia él y le abrazó tan fuerte que pensó que le quebraría las costillas. Hoy Jack se sentía querido por Ennis más que nunca y eso lo llenaba de dicha, aunque lo malo era que lo hacía llorar como un borrego sin su madre.

Ennis sentía las lágrimas de Jack en su cuello, no sabía qué decir y se sentía más avergonzado que nunca. Que se hubiera alegrado era una cosa pero lágrimas… El llanto era algo que no sabía manejar viniera de quien viniera, las lágrimas siempre lo aterraban.

Frente a las circunstancias hizo lo mejor que podía hacer y que realmente era lo que Jack esperaba: lo abrazó con la misma fuerza y le llenó de besos el cuello y aspiró el olor de su cuerpo, subió una mano a su cabello y lo acarició con fuerza y ternura a la vez. En un rato se olvidaron de todo, ya no había nada más.


Cuando al fin se separaron Ennis murmuró al oído de Jack:

-“Si hubiera sabido que la pasaríamos así de bien solo por unos guantes te hubiera traído unos mucho antes.” – Jack rió y dijo:
-“Calla y duerme Ennis, sino luego no te quejes de que no te dejo descansar” – Ennis se acurrucó a su lado y pasó su brazo encima de Jack como solía hacer.

Ese abrazo que se habían dado luego de darle los guantes, quedaría en la memoria de Ennis para siempre y sería su mayor consuelo en los años que vendrían, así como para Jack había quedado otro abrazo de Ennis en sus recuerdos, uno que había sucedido mucho tiempo atrás. Pasara lo que pasara éstos serían sus tesoros y ni la muerte ni la soledad se los podrían arrebatar.

miércoles, julio 19, 2006

El Ávila


Todos tenemos una montaña que asociamos con la idea de la belleza, de la vida y de la paz. En Caracas, la ciudad donde vivo, hay una montaña, o más bien un cerro, alto, majestuoso, hermoso, lleno de paz y naturaleza que se llama El Ávila.

Todos los caraqueños aman su Ávila, los que venimos a vivir en esta ciudad del resto del país aprendemos a amarlo igual o incluso mucho más que ellos, porque el Ávila nos recuerdan nuestras propias montañas, las de nuestro origen.

Son muchos los que vienen de todos lados de la ciudad para subir por sus cuestas, caminar al aire libre, forzar al máximo su corazón, y principalmente, sentirse unidos a la naturaleza de la cual provenimos todos, y que al vivir día a día en una selva de asfalto vamos olvidando.

Algunos se divierten al subir en el teleférico, emocionados por subir a lo alto, donde hace frío, y donde se puede compartir un momento lleno de paz, de nubes y de hasta de un mar al otro lado de la montaña, que si está despejado podemos disfrutar con toda su majestuosidad.

Si no fuera por el Ávila, ¿qué sería de nuestra ciudad? ¿de nuestro aire? En una metrópolis atestada de autos, edificios, humeantes fábricas, y personas por doquier, donde cada día la vida es más difícil, la ciudad de la competencia, sea por la razón que sea, un lugar en el metro, un taxi, un empleo, o pasar la calle antes de que cambie el semáforo, todo es una lucha día a día en Caracas, pero el Ávila siempre está ahí, con su cima nublada, con sus manantiales, pleno de árboles, de aves y de vida, recordándonos cada día que somos humanos y parte del mundo, parte del planeta Tierra.

Yo en el Parque Ávila Mágica (Febrero 2006)

martes, julio 18, 2006

El Instante donde Todo Cambió



Hay un segundo, un instante, donde todo en el universo conspira, donde los astros se cruzan y los ángeles asienten, hay un momento donde todo cambia en la vida de dos personas y su mundo jamás vuelve a ser lo que anteriormente era.

En el momento en que Jack miró a Ennis contuvo la respiración, sintió su corazón detenerse por un momento para luego latir locamente dentro de su pecho y tuvo el repentino impulso de bajar la mirada bajo su sombrero para esconder el rubor que subía a su rostro.

Algo en su interior le dijo que la persona que tenía al frente no era cualquier cosa, aunque en ese momento sólo pasaba por su mente que con ese muchacho guapo tal vez tendría que trabajar el resto del verano, que se sentía turbado por callada su presencia, y a la vez lamentaba no verse de la mejor manera posible porque no había tenido tiempo ni de afeitarse por la mañana.

Cuando Ennis vio llegar a Jack en su camioneta destartalada, supuso que solo era otro vaquero tan pobre como él para necesitar un trabajo de Aguirre, quien era famoso por ser un miserable y tacaño pero que era uno de los que más contrataba personas para trabajar temporalmente en el verano.

Ennis no sintió en un principio mayor curiosidad por Jack, no intentó hablarle ni presentarse, solo era otro pobre diablo como él pensó, por él lo podían poner a trabajar con quien fuera, lo que necesitaba era el dinero.

Pero luego en la oficina de Aguirre, algo en Jack que no sabía qué era despertó su curiosidad, le lanzó unas disimuladas miradas mientras éste miraba a Aguirre cuando les daba las explicaciones del trabajo, pero con su natural talento para esconderse dentro de sí mismo no le dirigió la palabra sino que fue Jack quien se presentó y lo guió hasta el bar del pueblo.

Jack se sentía contento de al fin poder hablarle a Ennis y saber algo de él, contarle algo de sí mismo, y ver qué tipo de persona era ese muchacho que tendría que estar junto a él prácticamente todo el verano.

Ennis solo estaba algo confuso al ver la confianza con que Jack le trataba y la manera como sin ninguna dificultad había indagado en su vida privada, y lo que más le extrañaba, lo había hecho sin hacerle sentirse avergonzado de no tener una familia normal. Ennis se dejó llevar sin darse cuenta por la conversación de Jack y se sintió algo contento de haber llegado a Signal por este trabajo.

Ninguno de los dos tenía una idea concreta de cómo este encuentro marcaría su vida en adelante, de lo que cada uno significaría en la vida del otro, de que sus mundos se habían cruzado y no se desligarían completamente nunca más… y todo empezó en ese instante donde una mirada tan breve como un milisegundo ocurrió debajo de dos sombreros… el universo conspiró… pero ellos lo hicieron posible.

lunes, julio 17, 2006

El Ángel IV - Final

Así pasó, un Jack calmado, dulce, pero de una mirada melancólica, casi triste pero en paz, continúo con sus tareas y su aprendizaje. “Somos uno solo” se repetía siempre, él sabía que el tiempo solo existía allá donde estaba Ennis, pero donde aquí donde él estaba sería como un suspiro, un largo suspiro en el cual estarían separados pero como cada etapa pasaría y se graduarían con honores luego de analizar y entender lo aprendido, que en realidad era mucho más de lo ahora se daban cuenta.

Y luego de un tiempo, cuando entendió con claridad la finalidad que tenía el nacer compartiendo la misma lección que Ennis tenía que aprender, Jack estaba listo para permitirse así mismo más libertad, y así empezó a aparecerse en los sueños de Ennis, joven y hermoso, con la juventud y la gracia que había tenido cuando se conocieron, y siempre en la montaña, siempre juntos, siempre como en los buenos momentos compartidos en Brokeback.

Y cuando Ennis reflexionaba de sus miedos, de lo que debió hacer en lugar de lo que hizo con su vida, cuando abrazaba sus dos camisas rememorando aquellos días, finalmente se daba cuenta de la vida que pudo haber tenido con Jack, que tal vez hubiera sido corta pero auténtica por estar bendecida por el amor; en todos esos momentos Jack estaba junto a él, besando sus lágrimas, triste por su aparente soledad pero feliz por su aprendizaje.

Hasta que finalmente llegó el día esperado, Jack se apareció a él tal como era ahora con su dulce apariencia de ángel y le despertó tocándole el hombre pero sin asustarle, tal como siempre Ennis le había esperado.

-“Es la hora viejo amigo, mi gran Amor… juntos nuevamente…”

Y un sonriente Ennis se levantó, dejando atrás su cuerpo físico, se elevó hasta él y luego de abrazarlo, de tocar su rostro, y de decir lo que siempre temió decir, se durmió en sus brazos, y fue llevado sin entender del todo aún pero feliz, porque al fin estaban juntos nuevamente en espíritu, cuerpo y mente, y listos para avanzar a un nuevo paso en la escalera de la evolución del amor, mientras un sonriente Ángel llamado Adrián los observaba maravillándose nuevamente con el milagro que era la vida de cada hermoso Ángel.

viernes, julio 14, 2006

La Ley - Ámate y Sálvate



Disfrútenlos: de mi grupo y cantantes favoritos para ustedes y dedicado a Beto Cuevas que tiene una voz tan hermosa que podría levantar a los muertos.

Letra:

Mírame a los ojos
Y mira este lugar
Todas las heridas
Quieren respirar
Han envejecido
adictos al poder
Quiebra sus arrugas

una nueva piel
En la sombra del dolor
Cae el cielo sobre el suelo
La respuesta de ese cambio
Eres tu / eres tu

Amate y sálvate
Amate y sálvate

Caen las fronteras
De la desigualdad
Vuelven los fantasmas
De nuestra humanidad
En la sombra del dolor
Cae el cielo sobre el suelo
La respuesta de ese cambio
Eres tu / eres tu Amate y sálvate
Amate y sálvate

En los templos de clemencia
Muchos dioses / mucha dolencia
Se disputan territorios conquistados
Y el sacrificio eres tu / eres tu

Ama a tu enemigo
Cuelga tu ambición
Sobreviviremos
A la desolación

Amate y sálvate
Amate y sálvate

Se disputan territorios conquistados
Y el sacrificio eres tú
Amate, eres tu, y sálvate

jueves, julio 13, 2006

El Ángel III


Un día, ya no sabía cuanto tiempo después desde que nació, Jack estaba sentado escuchando una charla de un maestro, un ser más adelantado que el resto, más sabio y por ende, más lleno de luz, paciencia y amor. Luego de la hermosa charla el maestro les invitó a oír y tocar canciones, y tomando la iniciativa un hermoso Ángel comenzó a tocar la guitarra de una forma hermosa pero triste que hacía estremecer de emoción a los que estaban presentes.

De repente, Jack sintió un dolor en su corazón que no era físico pues este tipo de dolor ya no podía aquejarlo; era un sentimiento fuerte de pesar y tristeza mucho más grande que cualquier otra cosa de las que había sentido desde que llegó allí.

Jack se levantó y salió de aquel lugar, algunos lo miraron con tristeza pero con cara de entendimiento y le dejaron salir sin problema alguno.

Jack se dirigió a un lugar solitario y se aquietó tratando de entender, tratando de enfocarse en lo que sentía, pero entonces pasó una imagen por su mente como antes le había sucedido, solo que esta vez no era solo de recuerdos de lugares sino que había alguien en su recuerdo, alguien que sufría, alguien amado…

Jack casi se desvaneció al sentir el pesar de esa persona, al ver con su mente su rostro convertido en una máscara de dolor. Unas lágrimas salieron de sus ojos, mientras murmuraba sin darse cuenta: - “Ennis…. Mi querido Ennis…”

Allí lo encontró Adrián, quien puso una mano en su hombro haciéndole levantarse, ayudándolo en su dolor e impotencia.

-“¿Porqué no me dijiste? ¡Es Ennis! Él está lejos, no sé en dónde y me necesita, está solo, de alguna forma me fui y vine a dar aquí y él se quedó allá. Por favor, dime cómo ir allá…” – la mirada anhelante de Jack era como una lanza que traspasaba sin querer a Adrián.
-“Lo siento Jack, no puedes volver, al menos no de la manera que lo pides ahora…” – le dijo Adrián en voz baja, sintiendo que su adelanto no era tanto como para impedirle sufrir cuando esto pasaba, y tristemente siempre pasaba.
-“¡Pero Adrián…! Entonces ¿cómo le voy a ayudar? Explícame por favor…” – Jack hacía un esfuerzo por contenerse, por no gritarle exigiéndole ayuda.
-“Jack no te desesperes, por favor, tienes que mantenerte calmado para entender. Ya no perteneces a ese mundo, al menos no por ahora…”
-“Mientras Ennis pertenezca, yo también”

Sus ojos azules brillaban elocuentemente, ahora estaba lleno de decisión y ayudar a Ennis era su prioridad, no le importaba en ese momento la sabiduría, los amigos, y la luz que estaba recibiendo. Él estaba viviendo en un lugar celestial mientras Ennis estaba…. Mientras Ennis sufría un infierno.

-“Si, eso es cierto, una parte de ti está allí también con él, pero lamentablemente es su elección Jack, tú no puedes intervenir” – ahora la voz de Adrián era también decidida.
-“¿Qué? ¿Qué dices? ¿Cómo él iba a querer estar allí, miserable, solo, sufriendo como un condenado?, y…, y… ¿porqué no puedo ir donde está él? Por Dios, explícame ángel” – Adrián había recuperado su papel, el del ángel consejero, el de ángel guardián, no podía permitirse desviarse de su misión.
-“No puedes interferir en su vida Jack. Cuando estabas allí tu hiciste elecciones y él también ha hecho las suyas; las tuyas te trajeron aquí antes, amaste y sufriste pero nunca te negaste al amor, las que ha hecho Ennis lo retuvieron allí, es simple pero terrible, ya lo sé”
-“Ay Dios… ya recuerdo, esos hombres, yo no pude hacer nada… ellos me… ¿así llegué aquí? ¡Y él sigue allá!, Oh Dios…” - Jack empezaba a creer que era inevitable, que no había solución, eso lo asustó más aún, se daba cuenta que la distancia que lo separaba de Ennis era tal que no la podría cruzar tan fácilmente, y él siempre había hecho lo que fuera para llegar donde Ennis estuviera.
-“Si Jack, lamentablemente hay aún lecciones para Ennis que aprender allá, tan duras como las que tú recibiste; me temo que él no ha captado tan rápido como tu la lección más importante” – pareció entristecerse al ver la expresión de Jack, lo entendía perfectamente, pero sabiendo cuál era su deber continuó - “El mundo no es una escuela fácil, no lo es, por eso son pocos lo suficientemente valientes para ir allá, algunos necesitan siglos de preparación, pero cuando ustedes se fueron eran fuertes y estaban listos como para ir. Así tiene que pasar, se cometen errores, se sufre, se es feliz, se aprende… y luego se regresa aquí y se continúa en el aprendizaje, juntos o separados, no hay vuelta atrás.”
-“No, no creo, es muy duro, si lo pudieras ver entenderías… tú no sabes lo que está sufriendo, lo que yo estoy sufriendo por él…”
-“Ojalá no supiera” – la mirada de Adrián era si se quiere más triste ahora, si era posible más que la de Jack. Realmente Jack tenía algo que no tenían todos sus pupilos, una manera de mirar, una forma de hablar abierta, espontánea y sincera que desgarraba el corazón; ahora entendía porque su maestro se lo había asignado hacía eones cuando nació como una chispa del luz, Jack era ese alumno especial que pone a prueba sus maestros, los desequilibra y los hace mejores mientras los hace dudar de todo lo conocido. Ahora que era más consciente de la dura tarea que tenía en manos, prosiguió con todo el amor y la paciencia de su corazón sabiendo que podía ayudar a Jack.
-“Jack, todos en cierta forma lo sabemos, todos los de aquí, tanto los más adelantados como los más nuevos tienen seres queridos allá, seres con los que han compartido eones aquí o allá, amigos o como tú y Ennis…” – no podía continuar, esto le tocaba directamente, le traía recuerdos…
-“Almas Gemelas…” – dijo Jack, desconcertándolo por un momento, había recordado una lección recibida hace mucho, antes de haber nacido en Lighting Flat, al haberle llegado un trazo de los pensamientos de Adrián los había asociado con la idea perfecta.
-“Si, así es…” – y casi sin querer agregó – “y ustedes son del tipo más testarudo que haya visto, me extraña que no hayan nacido como siameses como castigo la última vez”

Al fin, Jack esbozó una sonrisa al recordar un sermón similar recibido hace mucho, ni sabía cuando fue de tanto tiempo que hacía, pero había recibido esa misma advertencia de un maestro luego de haberse mostrado inconforme porque Ennis y él nacerían a los extremos opuestos del mismo estado.

Era cierto, todo lo que Adrián le contaba era cierto, como también lo era que no podría ir al mundo junto a Ennis, no en forma física porque ahora igualmente sabía que ellos dos eran uno solo, sus almas eran una sola… “Oh Ennis, mi pobre Ennis del Mar…”

Continuará…

miércoles, julio 12, 2006

En La Montaña

Me siento en la montaña y miro el cielo
Junto a esta hoguera, cálida soledad
Hoy miro a lo alto y casi te veo
Un punto de luz en la oscuridad

El gélido frío penetra mis huesos
Pero mi corazón no puede tocar
En él tú vives como un llama
Que inflama mi pecho, me lleva a soñar

El cielo está oscuro, los coyotes aúllan
La luna me mira con intensidad
Ilumína su noche, vigila sus sueños
Por él es mi ruego, blanca majestad

El río me arrulla, sereno en su canto
Brillan las estrellas con intensidad
Tu rostro yo añoro mi dulce cariño
Tu dulce sonrisa, mi guerra y mi paz

Aquí yo te espero, juntos estaremos
Mañana ya vienes, a mi tú vendrás
Tu cara huraña, alegre o cansada
Siempre mi consuelo, tu ser es mi hogar.

martes, julio 11, 2006

El Angel II

Y así pasó algún tiempo, Jack conoció a muchas personas, todas dulces, sonrientes y alegres de verle, empezó a recordar a algunas y sonreía todo el tiempo al empezar a tener imágenes de momentos hermosos vividos en ese lugar, lecciones aprendidas y seres queridos a quienes no veía hacía tiempo, pero por alguna razón también empezó a notar que le faltaba algo, y la sensación era cada vez más fuerte e inquietante.

Adrián le pedía que se mantuviera centrado y que siguiera con su despertar, le enseñaba a su manera apacible y sonriente que pronto recordaría todo, y que si lo hacía con calma sería mejor.

Pero llegó un día en que Jack se despertó agitado luego de un corto descanso, se sentía atemorizado y preocupado por algo o por alguien pero no sabía de qué se trataba o quién podía ser.

-“Adrán necesito que me expliques, por favor, algo no está bien, todo es tan hermoso aquí pero yo siento…”
-“Lo sé amigo, lo sé, apenas estés listo tu mismo lo sabrás, no necesitas que te lo explique yo…”- y luego de dedicarle una mirada cómplice agregó – “Siempre has sido algo impaciente Jack…”

Y antes de que Jack pudiera preguntarle algo más, se despidió cortésmente diciendo que tenía a alguien a quien atender.

Jack trató de tranquilizarse, todo el mundo estaba en paz, o al menos así parecía, compartían recuerdos, enseñanzas, sueños, había un gran sentimiento de fraternidad, de amistad. El se sentía muy feliz cuando compartía con algunos seres, “almas afines” las llamó Adrián, pero el seguía teniendo la extraña sensación que algo faltaba, y ese “algo” era algo muy importante, como el aire que ya no necesitaba respirar.
Continuará....

lunes, julio 10, 2006

Felicidades a los Fans de Italia

Felicidades a todos los fans del equipo de Italia ganador de la Copa del Mundo de Fútbol de la FIFA. Especialmente me pareció super buena la participación del arquero el Sr. Buffon. Italia luchó como los buenos para hacerse merecedor del título.

No me entristece que Francia haya perdido, un segundo lugar luego de haberse enfrentado a tan dignos adversarios no es para avergonzarse. Lo que si me entristeció no por Francia sino por él mismo, fue la actitud de Zidane, de verdad no me esperaba nunca lo sucedido, tenía entendido que siempre se comportaba como un caballero en la cancha pero lamentablemente el día de ayer perdió el control de una triste manera, manchando su salida del futbol después de haber sido considerado siempre uno de los mejores jugadores del mundo.


De todas formas le deseó lo mejor en su retiro, espero que Francia pueda aprender de los errores cometidos y formar un equipo mucho más solido para el próximo mundial, y que Italia disfrute su triunfo de la mejor manera posible.

viernes, julio 07, 2006

El Angel

El ángel se despertó, se sentía algo confuso como si estuviera en un mundo que no es el real, se le hacía un lugar conocido, un lugar donde había sido feliz pero que por alguna extraña razón no recordaba, pero saber que era familiar le hizo sentirse tranquilo y sereno y en un momento se percató que no estaba solo, junto a él había un ser blanco, brillante y hermoso, de mirada infinitamente dulce, luminosa y de ojos grandes y tiernos, de los que hacen pensar en inocencia, pureza y sabiduría.

-“Tranquilo… ya estás en casa”
-“Me siento un poco perdido, ¿Quién eres? ¿Dónde estoy?”-preguntó con una media sonrisa, no había ningún temor en él por más que el sitio le resultara un poco desconocido, tenía la certeza que todo estaba bien aunque no parecía recordar ni su nombre.
-“Pronto lo recordarás” – dijo el ser sonriente que estaba junto a él, “-es solo cuestión de un tiempo, y aquí el tiempo no es tan importante, prácticamente no existe”

Así lo sintió, por lo que le creyó sin problemas. Y antes de que pudiera preguntar otra vez su nombre, le llegó a su mente la respuesta:

“Adrián, si quieres llamarme de algún modo, llámame Adrián”

-“Adrián…” – dijo -“este lugar es hermoso, ¿cómo llegué aquí? ¿Cómo se llama?”
-“Solo estás algo confuso porque acabas de nacer, pero pronto recordarás todo”
-“¿acabo de nacer? Pero si estoy grande, y sé hablar y…”

Adrián rió y su risa era hermosa, era como oír cascabeles o campanillas de cristal, como cualquiera imaginaría la risa de las hadas.

-“Si, y no tienes recuerdos aún, pero pronto los tendrás”

Una imagen pasó por su mente como un flash: un río, hierba, olor a vida, a naturaleza. Miró expectante a Adrián y el asintió.

-“Si, poco a poco, no te apresures, mientras tanto demos un paseo para que recuerdes este lugar y veas a tus viejos amigos, hay algunos que hace mucho que no los ves.”

Caminaron lentamente, mientras veía a un lado y otro se fue percatando que habían otros seres a lo lejos, pálidos y hermosos, que volteaban y saludaban con la mano dándole la bienvenida, y entonces se preguntó si lucía así como ellos

Así es, tal como ellos” – esto le sorprendió más que el hecho de que le conocieran o de que Adrián pudiera responder sus pensamientos, pero ya se empezaba a sentir como que había estado antes pero hace tiempo, mucho tiempo.
-“tú viviste aquí hace tiempo como todos ellos, esta es tu morada, puedes viajar a otro lado, estudiar, aprender y superarte, pero éste siempre será tu origen, tu hogar”
-“¿Y me conocías hace tiempo?”
-“Si, siempre…. Es hermoso recibirte cuando vuelves, a ti y a todos mis queridos niños… siempre”

Así sintió que era, que era amor lo que les unía, puro y hermoso, ésto le hizo sentirse feliz y emocionado.

-“Gracias Adrián… ¿y yo cómo me llamo yo?”
-¿cómo te gustaría llamarte?”
-“No se… ¿Jack? Me suena familiar… ¡si!, Jack” – y sonrió abiertamente, como si hubiera hecho un gran descubrimiento, ya se empezaba a sentir él mismo.
-“!Qué bien!” – sonrió Adrián, sintiéndose muy satisfecho de Jack, cada vez era más rápido y mejor en su aprendizaje, ésto le llenaba de alegría por su pupilo.
continuará...

jueves, julio 06, 2006

¡Hoy Barthez es la Estrella!

El día de hoy se lo dedico a un futbolista que para mí es toda una estrella del deporte, que se lució en el juego del día de ayer de Francia vs. Portugal, y gracias al cual Francia puede ir a la Final de la Copa del Mundo, pues no permitió ningún gol en contra de su equipo.

Hoy la estrella de mi Blog es Fabien Barthez, ¡Bien por tí Mosquetero!!!!
...Y toda Francia lo festeja!

martes, julio 04, 2006

Un Peoma para Tí

Pensé una vez cómo había Teócrito cantado
de los dulces años, los queridos y añorados años
que parecen traer en sus manos
una ofrenda distinta para cada mortal, viejos ó jóvenes:
y mientras así cavilaba en su antiguo idioma,
vi, en gradual visión a través de mis lágrimas,
los dulces, tristes años, melancólicos años,
los de mi propia vida que a su paso arrojaron
su sombra sobre mí. Y al llorar vi enseguida
cómo tras de mí una mística forma
cogiéndome del cabello me llevaba hacia atrás;
y mientras me debatía una voz dijo autoritaria:
"Adivina quien te sostiene". "-La muerte", dije. Pero, entonces,
sonó la respuesta deslumbrante... "No la muerte sino el amor"

ELISABETH BARRETT BROWNING (Inglaterra-1806)

La parte final de este poema se encontraba en un libro que leí cuando tenía alrededor de catorce años y se marcó en mi memoria para siempre, el día de hoy quise compartirlo con ustedes, así como su original en inglés:

I thought once how Theocritus had sung
Of the sweet years, the dear and wished-for years,
Who each one in a gracious hand appears
To bear a gift for mortals, old or young:
And, as I mused it in his antique tongue,I
saw, in gradual vision through my tears,
The sweet, sad years, the melancholy years,
Those of my own life, who by turns had flung
A shadow across me. Straightway I was 'ware,
So weeping, how a mystic Shape did move
Behind me, and drew me backward by the hair:
And a voice said in mastery, while I strove,
--'Guess now who holds thee ? '--' Death,' I said. But, there,
The silver answer rang,--' Not Death, but Love.'

lunes, julio 03, 2006

El Primer Paseo

Ennis se sentía como un niño impaciente, se sentía como una de sus hijas cuando estaban como locas de alegría esperando que las llevara a la heladería ó a dar un corto paseo, quería salir tan rápido como fuera posible para su primera salida con Jack, la primera después de su reencuentro luego de cuatro largos años de separación, de tanto tiempo de preguntarse qué habría sido de él, de lamentarse de no haberlo mantenido a su alcance, de sufrir su ausencia en silencio no habiendo manera alguna que pudiera desahogar su pesar.

Pero ahora, luego de cinco largos meses de separación, se verían de nuevo en las montañas. Ennis quería ver la cara de Jack cuando le enseñara las latas de frijoles que llevaba para recordar los días de Brokeback, de seguro se reiría a carcajadas como solía hacer siempre.

A Ennis siempre le gustó la risa de Jack, era limpia, refrescante, alegre e inhibida, como si nunca sintiera ninguna vergüenza de sentirse tan contento. En ocasiones, cuando veía a sus hijas riendo alegremente en sus juegos infantiles recordaba su risa con nostalgia, porque en cierta forma la risa de Jack era la de un niño, a veces burlona, pícara o simplemente feliz, pero siempre espontánea y brillante, aunque fuera consecuencia de las bromas que le hacía Ennis a causa de su ruidosa armónica o de su manía por los rodeos.

Ennis montó sus cosas en la camioneta, no se molestó mucho en escuchar las quejas y peticiones de Alma por su viaje, pidiéndole que viniera a tiempo, que se cuidara, que trajera peces de su viaje y que no corriera mucho en la camioneta.

Llegada al fin la hora de partir, no le importaba mucho lo que dejaba atrás, ellas siempre le estarían esperando, eran su familia, la única que tenía, pero a la vez constituían la soga que lo mantenía atado al mundo real, donde estar con Jack no era posible y sus ganas de estar juntos se volvía una razón de vergüenza y un motivo suficiente para perder la dignidad, sin mencionar que hasta podría costarle la vida.

Se alejó de su casa por la carretera que salía del pueblo, con la música a todo volumen y la cabeza llena de imágenes brillantes de las cosas por venir: de las comidas que compartirían juntos, las historias que contarían, las noches… Jack y él de nuevo en la misma carpa o mejor aún al aire libre, sin trabas de por medio, solo los dos.

Casi se pasó el cruce de la autopista que debía tomar, estaba distraído, su mente estaba en las montañas, al lado del río, donde Jack estaba si era posible, más impaciente que él, y ya de seguro le estaría esperando mirando al camino cada minuto, mientras preparaba una cena ligera que tal vez se quedaría fría mientras ellos se daban una mutua bienvenida después de tanto tiempo de estar separados.

Su vieja camioneta iba al máximo de lo que podía dar pero para él no era lo suficientemente rápido; a veces mascullaba entre dientes, la maldecía, o la azuzaba como si fuera un caballo, pero finalmente, luego de algunas horas, se aproximaba por el camino rodeado de árboles que lo llevaría a su campamento por los siguientes días.

Ahí estaba, de pie al lado de la fogata, Jack fucking Twist, mostrando su amplia sonrisa y sus ojos brillantes de alegría. Se acercó a la camioneta corriendo mientras Ennis se estacionaba, cuando llegó a la puerta mientras ésta se abría, le haló por la camisa impacientemente saltándole algunos botones y lo estrechó con mucha fuerza contra su pecho, casi como si quisiera fundirse con él, apretándole los antebrazos casi con rudeza, como si hubiera temido que no fuera a llegar nunca, susurrándole con voz profunda:

-“Al fin llegas hijo de puta, al fin...”

Ya nada más importaba, solo eran ellos dos, el río y la montaña, lo demás se podía ir a carajo.

sábado, julio 01, 2006

Hoy es el día del Arcoiris

Hoy muchos Ennis y Jack salen a la calle, también aquellos quienes les queremos estamos con ellos.
Algunos físicamente, otros en corazón como yo. ¿Por qué caminamos? por ser libres, por que todos sean tratados sin diferencias por su sexualidad, por sus gustos partículares, por ser quienes son.

PutoJackTwist estoy contigo. Un abrazo a todos.