martes, diciembre 14, 2010

Un Amigo

Es difícil de definir lo que hace a un buen amigo, pues no se trata nada más de tener cosas en común , o del hecho de haber estudiado juntos, o de la cercanía y el contacto frecuente.

Lo que si sé, es que al menos he tenido la alegría de tener un muy buen amigo por muchos años.

Por allá por comienzos de los noventas, llegué muy nerviosa a la Universidad Fermín Toro, emocionada de por fin haber salido de mi pueblo para vivir en una ciudad, temerosa de quedar en verguenza por aquello que en mi pueblo llaman ser "capocho", es decir, pueblerino y campesino, y ansiosa por la vida que me esperaba.

En esos primeros días universitarios, tuve la dicha de conocer a mi amigo Dinel. Ambos hicimos el curso introductorio en el mismo grupo, y luego nos tocó la misma sección.

No es que fuéramos amigos inseparables ni mucho menos, pero Dinel es de ese tipo de gente con la que siempre te sientes cómodo, sencillo, con un acento parecido al mío en vista de que somos del mismo Estado, aunque él es de Paraguaná y yo de la Sierra, y sin tanta pretenciosura y nariz respingada, como mucha gente en la universidad donde estudiábamos, que al ser privada, tenía una fauna de niños ricos digna de estudio profundo, desde el principio nos caimos bien, y solíamos conversar por ahi donde coindiéramos largo y tendido.

Con los años, no fueron tantas las materias en las que Dinel y yo coincidimos, pero si bien cierto, también hubo semestres en los que pasábamos los fines de semana estudiando y riendo por igual, junto a un grupo de amigos que fuimos haciendo en el camino universitario, sufriendo la física, la electrónica, y pare usted de contar.

Mi tía, que siempre ha sido una persona de las que le gustan buscarles las 5 patas al gato, le comentaba a mi mamá que de seguro Dinel era novio mío, pero según ella, el novio de mi amiga María C. también de seguro lo era, y cualquier otro muchacho que me llamara para preguntarme algo o me pasara buscando para ir a estudiar, así que según ella mi vida amorosa universitaria fue agitada y entrenidísima (ojalá), pero bueno, esa es parte de otra historia. Lo que si es seguro, es que Dinel estuvo siempre presente.

Fueron muchos sus cumpleaños que pasamos juntos, o los míos, comiendo alguna tontería, charlando en la misma universidad, y aunque a veces pasábamos semanas sin vernos, la amistad siguió siempre intacta.

Algo que siempre he admirado de Dinel, es la capacidad de llevarse súper bien con las mujeres, y que es capaz de ser amigo de verdad, sin llegar a ser ese hombre fastidioso que anda "cayéndole" a cuanta mujer le pasa por delante, sino respetuoso, bromista, divertido y con esa capacidad de tratarte como igual que tanto me gusta, talento que muy pocos hombres en este país parecer ser capaces de tener.

Fue una dicha, el haberme graduado en la misma promoción que él, pues en mi carrera todo el mundo se dispersaba y terminaba graduándose a destiempo, pero nosotros y otro buen grupo de amigos nos pudimos graduar juntos, y ya se imaginarán todo lo que pudimos rumbear, beber y bailar por esas fechas.

Cuando nos graduamos, de repente me di cuenta de que me alejaría por primera vez de Dinel y mis otros amigos, quien de hecho ya se había ido por esas fechas a estudiar inglés a Trinidad.

Después de la fiesta de graduación, lloré mucho pensando todo lo que lo iba a extrañar a él, a Gisela y Crisdelis, mis grandes amigos de la universidad. De hecho, pocas veces en mi vida he llorado por alejarme de alguien, y Dinel está en la lista tal vez de primero.

Luego, con los años, Dinel se vino a trabajar a Caracas y yo me fui a Puerto Ordaz, su trabajo le permitió viajar a Argentina y muchos países más, pero siempre estuvimos en contacto por email, y una vez que fue a Puerto Ordaz pudimos vernos y aunque apenas hablamos poco más de una hora, fue una gran alegría para mí.

Cuando me tuve que ir de Puerto Ordaz y estuve desempleada, fue Dinel que me brindó posada en su casa cada vez que venía a una entrevista, me ayudó a conseguir trabajo, me dio posada en su casa siempre que lo necesité, y me ha dado su mano siempre que lo he necesitado en esta ciudad dura y hostil.

No hay que vez que no haya necesitado de Dinel que no haya estado allí, sea por enfermedad, desempleo, etc, etc... Dinel no es solo mi amigo, es mi hermano.

Fue un orgullo verle casarse y estar entre sus seres queridos ese día en su ciudad natal, y si tengo la dicha de ver nacer a sus hijos me sentiré como una tía orgullosa.

Para el año próximo, los planes de Dinel y su esposa es el de irse consolidar su vida en Panamá, pues como muchos otros venezolanos, para poder labrarse un mejor futuro que les permita desarrollarse en lo económico de forma estable, poder tener un casa propia y un proyecto de vida que no esté constantemente amenazado, deberá irse de Venezuela.

La mayor desgracia de este país es que está perdiendo a la gente que vale la pena... la mía es que ya he visto partir a mi mejor amiga, y pronto veré a mi mejor amigo irse del país.

Con todo y eso, no es la primera despedida, tal vez no sea la última, pero por lo menos, ya tengo la garantía de que Dinel no es de los amigos que se pierden y se olvidan... por email, por teléfono, aunque no sea muy seguido, sino nos separamos totalmente en los años en los que no había tanto acceso al internet y las redes sociales, tal vez ya no lo hagamos nunca, igual es duro pensar que en navidades, cumpleaños, domingos y días de ocio o de trabajo del futuro no estará Dinel presente.

De igual forma, que puede hacer uno sino darle gracias a Dios por el regalo de haber conocido a alguien que es un amigo de verdad, mirar atrás y recordar los buenos momentos (y los malos) que hemos pasado cerca uno del otro, y de pedirle también a Dios, que el futuro de Dinel sea tan bueno como el sueña que sea, y que hoy, que está de cumpleaños, sea tan feliz como yo sé que merece serlo.

Dinel, pocas personas en este mundo han tocado mi corazón como tu lo has hecho, me han apoyado como lo has hecho y puedo llamar mi familia como a ti te llamo.

Gracias por estar siempre. Te quiero con todo mi corazón.

4 comentarios:

Mar del Norte dijo...

Qué suerte Dalia y Dinel...
Qué suertre Dinel y Dalia...
Qué alegría tener amigos asi, de semejante calibre, personas que merecen la pena y a quien se quiere tanto....
Animo, Dalia... Seguirás en contanco, segurisimo con él,,, y tus alegrias seran las suyas y las suyas tuyas...
A pesar de la distancia, la amistad con mayusculas, no se destruira... Si internet sirve para algo... es para no perder al amigo, para estar presentes siempre...
Animo querida Dalia... un beso muy grande desde este lado del mundo...

Unknown dijo...

Dalia, mi querida amiga y hermana, no sabes lo que me emocionaron tus lineas y nuevamente no que me quedan dudas de la calidad de persona que eres, te quiero mucho, eres la hermana que me regalo la vida. Es increible la cantidad de cosas que hemos compartido a lo largo de 20 años de amistad, parece mentira que haya pasado tanto tiempo. Solo me queda decirte, que aunque nos separe la distancia, la frecuencia de vernos o conversar por telefono baje, siempre ocuparas un lugar muy especial en mi corazon y espero seguir contando contigo en los momentos mas especiales de mi vida y yo poder apoyarte en los tuyos. TQM

Mariale Pernía dijo...

Dalia gracias por tus palabras para con Dinel, ten la seguridad que estemos donde estemos (Panamá o el resto del mundo) siempre serás recibida en nuestro hogar y nuestros hijos sabrán que tienen una tía super inteligente...

Dalia dijo...

Tienes razon mi querida Mar. Un abrazote desde este lado del charco.

Dinel, amigo, me alegra que te haya gustado mi pequeño relato sobre ti, 20 años! Dios! ya estamos viejitos jejeje te quiero hermano, amen.

Mariale, gracias a ti por abrirme un espacio en tu vida, en tu familia y por querer tanto a ese loco Dinel Javier :)