La Tarta

Luego de los abrazos de reencuentro, de mirarse y reconocerse una vez más, Jack va a su camioneta y vuelve con una caja pequeña que sostiene con especial cuidado. Se sienta en el suelo junto a Ennis y se la pasa sonriente:

-Es para ti.

Ennis no dice nada, extrañado abre la caja y se encuentra con una hermosa tarta, que por su delicioso aspecto es de frambuesa.

-Gracias, es mi favorita – y sin pensarlo mucho la prueba comprobando lo sabrosa que está.
-Le pedí a mi madre que la hiciera para traértela. Sabía que te gustaría. Ella hace las mejores tartas de todo el condado.

La cara de Ennis cambió rápidamente, ahora estaba ceñuda y miraba a Jack con los ojos entrecerrados.

-¿Vienes de Lighting Flat?
-Si, fui allá primero.
-Siempre haces lo contrario, nos vemos y después vas allá.
-Ajá

Luego de una pausa que a Jack le pareció muy incómoda y en la que pudo advertir que Ennis puso a un lado la tarta, éste le preguntó secamente:

-¿Tenías que hacer algo por allá?, digo, ¿aparte de ver a tus padres?
-No

Ennis no parecía convencido. Algunas veces nuestros demonios personales nos atacan en el momento menos pensado, y esta vez le tocó el turno a él. Por alguna razón pasaron por su mente imágenes de Jack encontrándose con alguien más. Siempre le había molestado su ignorancia de la vida de Jack en Lighting Flat, que no hablara de los amigos o conocidos que tuvo allá, si se enamoró de alguien, con quien estudio en la escuela. Nada. Y esa falta de información no le gustaba nada. Ahora se hizo la idea de que Jack se estaba viendo con alguien más ó había visitado a alguien más allá.

De repente se levantó y le devolvió la tarta:

-¿Lavas tu conciencia con una puta tarta?
-¿QUÉ? – Jack no entendía que diablos estaba pasando,
-No te hagas el idiota… si quieres ver a alguien más ¿por qué diablos no lo dices y ya?... tienes que venir a verme la cara de imbécil…
-pero Ennis… ¿qué diablos te pasa?... yo fui a Lighting Flat a visitar a mi madre, que es lo único que me importa allá… y ayudar al hijo de puta de mi padre, que tiene la granja vuelta mierda... ¿por qué más iba a ir allá? Si mi madre no estuviera no volvería nunca más, y ¡TU LO SABES!

Ennis no bajó el tono aunque ya no confiaba tanto en su idea

-¿YO LO SÉ, JACK?... yo no sé nada de ti, de tu vida de Lighting Flat. Solo sé que dices que tu padre es un desgraciado, pero no son tus padres los únicos que conoces allá… ¿o sí?
-No, Ennis. No lo son… pero la gente de Lighting Flat me importa un carajo… ¿es que crees que estoy viendo a alguien por allá?... No lo creo… ¿crees que soy capaz de hacer ese viaje para ver a otro tipo allá y después venir acá a verte a ti?

Luego de unos segundos con la vista al suelo, Ennis levantó la cara y le espetó:

-¡Si lo creo!... Si te creo capaz

Jack no lo pensó. Lanzó un puñetazo a la cara de Ennis y luego se dio la vuelta diciendo:

-¡Entonces vete al diablo, Ennis! – la rabia y dolor habían crispado su rostro. Ni siquiera entendía bien lo que estaba pasando. Por primera vez en su vida, pensó que tal vez Ennis del Mar no valía la pena.

Ennis se levantó del suelo. Ahora estaba asustado, Jack recogía sus cosas del suelo y se disponía a marcharse. La sola idea de no verlo más hizo que su rabia se convirtiera en pánico.

-¿Jack? ¿qué haces? – No hubo respuesta - ¿JACK? ¡Detente! No vas a ir a ningún lado.

Jack dirigió su mirada furibunda hacia él y le soltó:

-¿Ahora me vas a prohibir cosas? ¡Eres el colmo del descaro! – volvió a la carpa a recoger las cosas que quedaban
-Jack… si… es cierto… - ahora las lágrimas corrían también por la cara de Ennis, quien ni siquiera lo notaba – soy un idiota… yo no soy tú, Jack… ¡YO NO SOY COMO TÚ!...
Lágrimas de tristeza y rabia corrían ahora como riachuelos por las mejillas de Ennis, Jack se detuvo de su laboriosa tarea de empacar y se quedó mirando a Ennis, ahora más perplejo que nunca.

-No eres como yo… pero ¿en qué?... por Dios, Ennis…
-Cualquiera se fijaría en ti… tendrías a quien quisieras…
-¿qué quieres decir, Ennis…? Yo… no te entiendo…
-Incluso conseguiste a Lureen… una niña rica que se podría haber casado con cualquiera… conseguirías a alguien mejor que yo fácilmente… pero yo…Si me dejaras… ¡de solo pensarlo siento que enloquezco!

Jack no lo podía creer, Ennis estaba teniendo un ataque de celos. Le causaba celos que pudiera encontrar a alguien más, o reencontrarse con alguien de Lighting Flat. La sorpresa de dejó atónito por un momento, luego su expresión cambió completamente, se sentía aliviado y algo divertido.

-Ennis… ¿cómo puedes ser tan tonto?... – Jack sonreía y sin darse cuenta empezó a llorar también, se acercó y le estrechó entre sus brazos – Es cierto… - le dijo bajito – es una tortura esperarte… aguantar todos esos meses para verte, no poder escribirte sino postales, ni hablarte por teléfono, aguantar estas ganas que me consumen tantos meses sin ti… pero para dejarte, tendría que dejar de ser Jack Twist… ni siquiera pude luego de conseguir una esposa y tener un hijo…

Luego de un rato, Ennis dijo por lo bajo:

-Una tarta de frambuesa.
-En Brokeback me dijiste que era tu favorita… nunca lo olvidé… creo que recuerdo cada detalle y cada palabra que dijimos.

Luego de una pausa, Ennis fue capaz de decir:

-Gracias Jack
-De nada, viejo. De nada…y la próxima vez que vayas a enloquecer, avísame, tal vez borracho lo aguantaré mejor.

Ennis rió, pero no dejó que Jack le soltara

-Okay. Solo si prometes no golpearme la próxima vez… aun no se me olvida que me diste un puñetazo, eso lo tendrás que recompensar.

Ahora fue Jack el que rió:

-Comámonos la maldita tarta y vayamos a la carpa, ¿quieres?, si hubiera sabido que armarías tal lío, te hubiera traído una bosta de vaca…