viernes, diciembre 15, 2006

La Tumba

Al principio, cuando Lureen vió la figura agachada al frente de la lápida, se sintió desconcertada frente al hecho de que alguien estuviera visitando la tumba de Jack. Sus padres no habían asistido a su funeral, solo se habían limitado a recibir la mitad de las cenizas y a enterrarlas en Lighting Flat, y ella sabía que no habían cumplido con su deseo de que éstas fueran llevadas a Brokeback Mountain.

Un instante después, Lureen se sorprendió aún más al caer en cuenta de quién era el extraño que estaba frente a la lápida. ¿Quién más podía ser sino ese hombre,… ese Ennis del Mar que siempre Jack decía que era su compañero de pesca?

Lureen se quedó muy quieta observando a ese hombre en silencio, escondida al lado de una tumba que estaba un tanto lejana y le servía para estar oculta de la vista de Ennis. Lo miró atentamente un buen rato, con el corazón latiéndole como loco en el pecho, descubriendo asombrada la tristeza en su expresión, y cuando vio una lágrima rodar libremente por su mejilla, sintió que le faltaba el aire, sin darse cuenta que ella también lloraba.

Lureen también había llorado y sentido mucha pena por la muerte de Jack, pero la suya había sido una tristeza amarga y sin mucho consuelo; era claro como el cristal que él no se había sentido ya atraído hacia ella de ninguna forma, que su relación se había deteriorado, y desde hacía un tiempo trataba de mantenerse ocupada lo más posible, dedicándole a su trabajo y su empresa la mayor parte de su tiempo; todo esto para no pensar en lo que se había convertido su vida.

Pero al ver este hombre, sintió un hondo pesar al comprobar que las lágrimas de él eran distintas que las suyas, que la mano temblorosa que pasaba los dedos por el nombre escrito en la lápida “Jack Twist”, no eran las manos de alguien que está lleno de rabia sino de tristeza y dolor, lo cual de alguna forma, le confirmó aquello que tanto temió por mucho tiempo: Jack prefería mil veces la compañía de ese Ennis del Mar que la suya, y los momentos del año que pudo compartir con él, no se comparaban para nada a los que había vivido con ella.

En ese momento, la certeza de saberse traicionada se infló en su pecho como un globo, sintió el impulso de lanzarse sobre él y arañarle el rostro, de exigirle que se fuera de ese lugar y no perturbara el descanso de Jack, se sentía terriblemente irrespetada y quería vengarse, provocándole dolor y sufrimiento a ese desgraciado ser. Pero pasados unos segundos, se dio cuenta que no había manera posible de que le causara más dolor del que era evidente ya estaba sufriendo: de que la pena que Ennis del Mar sentía ante la tumba de Jack era imposible hacerla más grande. Sorprendiéndose de si misma, se dio cuenta de que su rabia se había vuelto compasión en un instante

Lureen sacó un pañuelo de su bolso y se enjugó las lágrimas, se dio la vuelta y se marchó decidida a dejar a Ennis del Mar sufrir su dolor en paz: “ahora es que realmente todo se ha acabado... ”

Ennis quien estaba ahora de rodillas frente a la tumba de Jack, trataba de recordar la oración que le había enseñado su madre cuando era un chico, y que debía decir en la tumba de su abuelo el día que fue enterrado. Por más que se esforzó no pudo recordarla, en realidad era un milagro que se acordara del entierro del abuelo, habiendo estado tan pequeño cuando sucedió.

Resignándose a su ignorancia, Ennis dijo una oración que salió de su corazón y que esperaba no ofendiera al terrible y vengativo Dios que le habían enseñado a temer en la Iglesia:

“Querido Jack,
amante, amigo, esposo, hermano
descansa en paz pero nunca me olvides
ve con los ángeles que están esperando
cuando de aquí me vaya, guárdame un lado
tan cerca de ti que nunca te falte
y por siempre logre buscar tu perdón
El de nunca rendirme y el de echarte a un lado
y en tu última hora no haber estado.
Si Dios existe, tal vez te conoce
un Ángel en la tierra sin maldad ni pecado
excepto el de haber sin límites amado
a un perdedor, siempre fracasado
que nunca logró conocer el valor
de ser él mismo y abrazar el amor”.

Ahora sintió un poco de paz, su intención de reunirse con Jack en un frío noviembre se había cumplido, y se prometió a si mismo que mientras tuviera vida, lo haría cada año, para renovar su petición de perdón y para jurarle a Jack Twist, el amor que nunca se atrevió a prometerle cuando estaba vivo.

Ennis del Mar nunca supo que Lureen lo había contemplado llorar arrodillado en la tumba y que había respetado el pequeño ramo de flores blancas y silvestres que éste trajo de Brokeback Mountain para Jack.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

"Si Dios existe, tal vez te conoce
un Ángel en la tierra sin maldad ni pecado
excepto el de haber sin límites amado
a un perdedor, siempre fracasado
que nunca logró conocer el valor
de ser él mismo y abrazar el amor”.


Sencillamente precioso....

Muchas gracias Dalia.. por tan lindo relato

Rosa dijo...

Dios, ojála que ahora si pueda entrar mi comentario. Que el Blogger esta...
Una película que se filmó hace casí dos años. Pero cada vez que leo tus relatos es como si se volviera a recrear una y otra vez. Como las aguas de un manatial inagotable.
Puedo ver a Enis frente a la tumba de Jack, escucharle casi musitar esa plegaria cargada de dolor, de nostalgia, de ternura. Veo el gesto de rabia en el rostro de Lureen y después como este poco a poco se diluye y se convierte en compasión. Sí, compasión ante un dolor que ella jamás experimento porque ella nunca sintió un amor así hacia Jack. Y tal parece que al final hasta llega a respetar ese amor, por eso no toca las florecillas silvestres que Ennis llevó a la tumba de Twist...ahora finalmente comprende.

Muy hermoso amiga.
Un beso

pon dijo...

Cuánto dolor y cuánto amor en el corazón de Ennis del Mar.
Dalia, tus escritos del la peli son escalofriantes. Te felicito, amiga, un beso.

un-angel dijo...

...no se si inspirarme para hacer el comentario o no, porque llevo una semana lo menos que no me deja decir nada...que solo alguien con un corazón tan grande como la chica del girasol podría manejar con tanta ternura unos sentimientos tan enormes...
Un besazo...

Ana dijo...

No solo le vió Lureen, también le he visto yo a través de tus ojos y tus palabras.
Un beso Dalia.

Dalia dijo...

gracias por todos por tan gratos comentarios.

Ojalá todos experimentemos en nuestras vidas un amor tan grande como el de estos dos vaqueros. Los quiero mucho.

Max dijo...

Cuantos sentimientos poderosos descritos en esta escena tan especial. Y con tanto amor Dalia. Un abrazo.

Dalia dijo...

gracias Maxi.

Anónimo dijo...

Ayy Dalia..Ennis del Mar frente a la tumba de Jack.

Que escalofrío,no leemos..lo vemos gracias a ti.

Gracias.

Besines.

Alas dijo...

Amiga, qué increíble momento has descrito...tan compasiva, tan tiernamente...y con tanto dolor.

Muchas gracias por el amor que le pones a cada palabra...un abrazo inmenso como esta montaña de Brokeback...

Dalia dijo...

Gracias Nuria, Alas y You, un abrazo para ustedes, y gracias por su cariño.