miércoles, octubre 04, 2006

Huida y Regreso


Se fue. Su vergüenza y su rabia eran tan grandes que no me devolvió la mirada. Iba a todo galope en su caballo como si huyera de un fantasma, pero en realidad solo escapaba de sí mismo.

Trato de ocupar las horas para mantenerme ocupado y no pensar, lavo mi ropa aunque tiemblo de frío mientras estoy desnudo a la orilla del río, tratando de quitar el sucio de ella con la fuerza con que quisiera borrar la ansiedad que estoy sintiendo; cocino y no pruebo bocado, preparo las papas fritas que tanto le gustan pero temo que no va a venir a cenar y que se quedará arriba para no venir y tener que verme; corto leña aunque si golpeara con mi hacha en todos lo árboles de Brokeback no acabaría con el ruido que hacen mis desorbitados pensamientos; cambio la carpa de lugar y ya no sé qué más hacer, apenas son las 4 de la tarde, no va a venir, sé que no lo hará.

Ya no aguanto más: ensillo mi caballo y me dirijo a los pastizales, a lo más alto de la montaña donde están las ovejas y Ennis cuida de ellas, tal vez mientras piensa cómo acabará conmigo después de lo que pasó anoche.


Si tiene que ser así que sea rápido, hoy mismo, ahora mismo, no voy a aguantar un minuto más con esta incertidumbre sin saber qué piensa Ennis, qué me dirá ahora que ha tenido todo el día para pensar en lo sucedido.

Ahí está a lo lejos del otro lado del rebaño, tiene su rifle en la mano mientras está vigilando las ovejas. Me acerco a la colina, desmonto y me siento en la grama, Ennis ya me ha visto y se dirige con paso lento a donde estoy, ahora dará su ultimátum y yo lo acataré sin rechistar, tal vez con el tiempo…

Ya está aquí, no me mira a la cara, se agacha a mi lado y suelta sus palabras:

-“Esto fue cosa de una sola vez” – con una frase lo ha dicho todo: no se repetirá.
-“No es problema de nadie sino de nosotros” - ¿por qué te preocupas? Estamos solos aquí
-“No soy un marica”
-“Yo tampoco”


No hay nada más que decir. Volvemos al campamento en silencio y sin siquiera mirarnos. Al llegar allá Ennis se sirve la comida que preparé desde temprano y la come lentamente, yo no tengo más que hacer, así que me voy a la carpa sin despedirme ¿de qué serviría? ¿Podríamos volver a ser sólo compañeros de trabajo? No soy tan hipócrita.

Después de arreglar el lecho me quito la camisa y me acuesto, pero, ¡qué diablos!, Ennis sigue ahí sentado en su tronco meditabundo y serio, no dice nada pero no se va.

¿Qué diablos espera? ¿Por qué no se larga de una vez? No quiero pensar que está arrepentido de sus palabras, imaginarme que se disculpará por rechazarme de plano. Solo verlo ahí es una tortura, mi mente y mi corazón como idiotas sueñan y anhelan que no se va por mí, pero…

Al fin se levanta pero no se dirige hacia su caballo sino hacia la carpa, su andar es lento y cabizbajo, se quita el sombrero, entra, su cara lo dice todo, no hace falta que diga palabra alguna.

"No digas nada Ennis, no hace falta, todo ha sido olvidado. Ahora solo existimos tú y yo. Y la montaña".

9 comentarios:

Rosa dijo...

Así que nuestros vaqueros aún dan para más, claro que sí, son inagotables. Nunca se acabará su magia, siempre que nosotros la mantengamos viva.

Dalia, qué te parece si hacemos una celebración por el año que dentro de poco cumplirá nuestra película. No sé, fue tan importante, se creo una Hoguera, y luego dos y hasta tres creo, y de allí brotarón ustedes, como florecillas en un campo verde.

Sí le debemos tanto a Brokeback Mountain, por qué no celebrarlo. En cuanto a la fecha, pués, podría ser el día en que ganó el Oscar Ang Lee, no sé. ¿Qué te parece?

Un besote

Dalia dijo...

Claro, hay que festejarlo, aunque confieso que yo vi la película en febrero, aquí tardan más en llegar al cine. Ya nos pondremos de acuerdo en la fecha.

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Un hueco más que toma forma... Hermosísimo Amiga!
Gracias... no puedo decir más que eso... me gustó muchísimo, me ha conmovido.

pon dijo...

The mother of the lamb, hija, qué forma de volver a sentirlo, a vivirlo, a sufrirlo con los dos...
no es que no se acabe nunca, es que que está debajo de la piel.
Qqué bien escribes puñetera.

Dalia dijo...

Tienes razón Pon, Ennis y Jack están en nuestra sangre y ya no saldrán más.

Estoy ruborizada de gusto por sus comentarios, muchas gracias.

Anónimo dijo...

Mil gracias Dalia, por hacer revivir de forma extraordinaria uno de los momentos más bellos de BBM..


saludos

Anónimo dijo...

Es maravilloso volver a sentir que Jack y Ennis siguen con nosotros.

Dalia, sigue escibiendo cosas así, y de este modo continuaremos reviviendo esa historia sin temor a que se borre de nuestras mentes y nuestros corazones.........

Un saludo

Alas dijo...

Y nosotros con la misma incertidumbre de Jack, sin respirar siquiera, intentando descifrar qué diablos pasa por la cabeza de Ennis, hasta que lo vemos entrar a la tienda...ay Dalia, qué bellos momentos...y con qué dulzura e inocencia lo describes, con la misma dulzura e inocencia de Jack Twist...mil gracias.

Dalia dijo...

Gracias amigos.

Es que Jack siempre es y será mi inspiración, lo primero que veo antes de escribir algo es su cara dulce, hermosa e inocente, su picardía y su sincera forma de ser.