martes, junio 13, 2006

La Mariposa

Ahí estaban los dos, como siempre solían hacer, juntos después del desayuno, sentados al calor de la hoguera mientras tomaban un café, conversando acerca de todo y de nada en particular, tratando de alargar el momento en que podían estar compartiendo, antes que Ennis tuviera que partir nuevamente al cuidado del rebaño, hablando de las ovejas: “tal se encuentra herida, esta otra está preñada”; de los perros de pastoreo, “éste es un desobediente, él otro disfruta mucho cuidando de las ovejas”; o del clima, “pronto va a caer la primera nevada, aún no se ha visto una gran tormenta eléctrica”; en fin, de cosas simples que no comprometen nada y que a veces dicen mucho más de lo que parece.

De repente, un pequeño ser alado se acercó revoloteando y se fue a volar alegremente alrededor de Ennis, en alegres giros y picados como si estuviera jugando a su alrededor, o si quisiera darle un saludo alegre y travieso, lo cual a Ennis realmente no le hizo ninguna gracia y empezó a dar manotazos como un niño al que una abeja está molestando, con la cara arrugada y murmurando descontento, mientras Jack no hacía más que mirarle divertido, viendo sus inútiles esfuerzos por alejar la mariposa.

-“Es solo una mariposa Ennis, déjala estar. Te escogió por tu dulzura ¿sabes?” – le soltó Jack sin poder contenerse más.
-“No me jodas, Jack” – le dijo Ennis, mientras le dio un empujón que lo dejó acostado en el suelo, más de la risa que de lo fuerte que fue.

Pero, entre sus carcajadas, Jack pudo notar que Ennis no estaba realmente enojado, sino que también reía abierta y espontáneamente, lo cual, a él le pareció, era tan hermoso y peculiar como una mariposa revoloteando al final del verano.

3 comentarios:

Alas dijo...

¡Bellísimo y muy dulce!...como Ennis...y como Jack, y como quien ha escrito este relato, nada mejor para empezar mi jornada en la oficina, gracias Dalia!

Dalia dijo...

Gracias a ti mi querida Alas. Me alegro que te haya gustado, me llegó la idea de repente anoche cuando no podía dormir y como siempre me pasa ultimamente, a mi mente acuden Jack y Ennis sonrientes y despreocupados alrededor de la hoguera

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Mariposas... hadas... seres alados que nos llenan de alegrías y de sueños!
Hermoso relato, un poco de cotidianeidad y dulzura para un Amor tan mágico.

Un beso.