viernes, diciembre 18, 2009

Tiempo

A veces, quisiera tener un artilugio de esos que tuvo Hermione en el Prisionero de Azkaban, un Giratiempo, para rendir el tiempo, y que le permitía devolverse unas horas atrás y poder hacer más cosas, pues mientras estaba yendo a una clase, no podía ir a otra que era a la misma hora y también le interesaba mucho y le dolía el alma perdersela porque quería saber de todo, hacerlo todo y sacarle el máximo provecho al día que se pudiera.


Pero también, recuerdo como terminaba la pobre Hermione al final del día: con cara de pocos amigos, huraña, malhumorada y que casi mordía del estrés, el cansansio y la falta de sueño.


De verdad, es un poco triste cuando uno se pone a analizar como se le va el día entero: trabajar 8 o más horas al día, sales del trabajo y te agarra una cola infernal para llegar al metro aunque quede en la esquina, y si tienes que hacer una diligencia, Dios te guarde! porque entre el tráfico y la cantidad de gente en la calle, sabrá Dios si llegas a tiempo y cuanto tiempo te vas a tardar, y cuando por fin logras llegar a tu casa, entonces te espera que si hacer la cena, o peor, cocinar para el día siguiente para llevar tu almuerzo al trabajo para que, aparte de no seguir enfermándote por la comida de la calle, no se te vaya el sueldo solo en comida, y a la final, lo más hermoso del día se te va: apenas si pudiste cruzar una palabra con tus seres queridos, sea por teléfono, en persona, o como sea, no pudiste leer aunque fuera unos minutos ese libro que tanto te gusta o que tanto deseas leer, no pudiste leer ese blog del amigo que tanto quieres, no viste tu serie favorita, no estudiaste, no viste las noticias... y te acuestas cansado y estresado pensando en el montón de cosas que te esperan al día siguiene por hacer.

De verdad, no sé como será en otros lugares, pero así es la vida en Caracas, tanto si tienes carro (peor, porque el tráfico y buscar donde estacionar son una pesadilla) como si andas en el metro o en el autobus (pues el metro está cada día peor, y en el autobus se te va la vida por el tráfico), llega un momento donde se te van las horas en solo ir y venir al trabajo al trabajo o a donde sea.

Yo, de verdad, admiro a todo aquel que es capaz de estudiar de noche en esta ciudad, o de tener dos empleos, ir al gimnasio, hacer cursos nocturnos, o lo que sea, y ni me quiero imaginar como hacen para dormir, y si tienen hijos, pues pobres criaturas! porque yo ni un pez me atrevo a tener pensando en la soledad que va a pasar.

Y no es que me queje del trabajo, no me imagino como sería la vida sin tener algo útil que hacer, productivo, que te permita el desarrollo profesional y hacer de alguna forma un aporte a la sociedad, lo que lamento es la forma como nuestros empleos se comen nuestro tiempo, nos minan a veces la energía, y como me sucede a mí, nos llenan de estrés de tal manera que cuando sales lo que más deseas es una ducha y dormir como un oso en invernación.

De verdad, lamento tener montones de libros por leer, los blogs de mis amigos abandonados, cosas por escribir, llamadas que hacer, y que cada día me cueste más robarme unos minutos para dejar unas líneas por aquí.

De que hay una forma, debe haberla, así que debo descubrir la forma en que pueda organizarme mejor para atender de nuevo tantas cosas buenas que se me están quedando de lado, y sobre todo, dedicarle tiempo de calidad a las cosas que amo, que de verdad alimentan la vida y el espíritu, y no solo las que nos permiten llevarnos un bocado cada día a la boca a costa de llevarse todo el tiempo, la energía y a veces hasta la razón.

4 comentarios:

Mar del Norte dijo...

Me identifico mucho contigo y es que el tiempo... se escapa entre los dedos...
1beso Dalia

pon dijo...

Pues si hija, esto es un sinvivir. Se va el tiempo y de repente una no sabe ni en qué. Se pasa un día, un mes y un año y otro y otro.......bueno, como no nos toque la lotería habrá que seguir, pero yo tengo siempre la sensación de que en algún momento nos han engañado. Esto no puede ser la vida.

Dalia dijo...

exacto, esa es la sensación pon, que no es vivir, solo pasar el tiempo de una forma que a veces uno ni es consciente.

pero bueno, me considero afortunada de los pocos minutos que podemos compartir por aqui, a pesar de todo.

un abrazo a ambas.

Neyda dijo...

Bueno, Dalín, tienes mucha razón. Mi sugerencia es que al menos las cosas cotidianas como cocinar, puedes aprender a disfrutarlas, es alimento no sólo para tu cuerpo, sino tambien para tu alma. Disfruta de la preparación de cada comida, de sus ingredientes, de cómo saben sólos y mezclados, de sus aromas, en fin. Hay maneras de darle a lo cotidiano matices extraordinarios para que no pesen más de la cuenta.
Besos,