viernes, julio 10, 2009

Pon y la Montaña de la Espalda Quebrada

Hace días que no lo intentaba por miedito a ver que ya está fuera de la web y más que todo por falta de tiempo, pero hoy por fin constaté que la Montaña de la Espalda Quebrada de Pon ya no está.

Sé que no tengo derecho de quejarme ni de protestar, solo de sentirme triste y de atesorar los grandiosos momentos que disfruté leyendo a Pon.
Justificar a ambos lados
Pon fue la segunda persona que logró conmoverme y cautivarme para seguir su blog, el blog de Pon era un mundo de maravillas para mí.

Adoraba las historias de su infancia, del mundo en que creció y vivió de niña, y me inspiró a escribir las pocas cosas que he llevado a letras sobre mi propia vida y alguna que otra cosita inventada o inspirada por la vida de otros.

Me encantaban sus historias chistosas, sus comentarios de protesta por las injusticias del mundo, y era un deleite escaparme del estrés, el trabajo urgente o los minutos aburridos, aun a despensas de un llamado de atención en el trabajo o de tener que quedarme un rato más, para sonreir gracias a Pon, y admirarla cada vez más por su talento y por las cosas buenas, sobretodo para el alma, que solía escribir.

Sin embargo, entiendo completamente, o creo entender, por qué Pon le cerró. Yo he hecho más de un intento de cerrar este y no he tenido la valentía de hacerlo, tal vez aun lo haga algún día, no lo sé.

Solo sé, que agradezco cada segundo que pasé en el blog de Pon, cada sonrisa, cada lágrima, cada sonrojo y cada carcajada.

A Pon, le admiro infinitamente, además de su talento para la escritura, el respeto a todos sus lectores, estando de acuerdo o no, jamás hubo una frase disonante para algún comentario dejado, eso es muy dificil de lograr y Pon lo hizo magistralmente.

Y sobretodo, le agradezco la valentía de decir de frente "no más" cuando ya no pudo o no deseó seguir adelante, el respeto por hacernoslo saber y el hecho de que no tomó el camino fácil de haberse perdido en el horizonte dejando a quienes le quieren, siguen y/o admiran sin una palabra de despedida.

No pude guardar nada, ni copiar nada, pero cada momento está atesorado en mi corazón.

Gracias Pon, hasta siempre.

6 comentarios:

Mar del Norte dijo...

Efectivamente, a mi me ha pasado lo mismo...
Hemos pasado tan buenos ratos y queda tan buen sabor de boca que solo resta agradecer infinito por tantos regalos como nos ha dado. Y también por el regalo que ella misma es...
Un besote Dalia

un-angel dijo...

Creo que justo se trata como dice Mar de eso, de conservar el buen recuerdo de lo vivido por allí en uno u otro momento, y bueno, entender que las cosas tienen un principio y un final y está bien que así sea, después solo queda agradecer todo lo que Pon ofreció desde allí, sin pedir nada a cambio y encima invitando a café!!!
Un beso, mi Dalia.

Dalia dijo...

Gracias por sus comentarios.

pon dijo...

Y yo te agradezco el sentimiento que te lleva a dedicar un tiempo, el que fuera, a la casa de la Montaña. Te agradezco todos los comentarios, estar ahí, sacar un ratito para venir a tomar un té.........has sido no una visitante, sino de la familia. Una hermana que vive lejos.

Y como a tal no te digo adiós, sino hasta ya mismo, que te visitaré yo en tu casa de aquí, de allá y de dónde sea. Tú me haces un tecito, o compartimos un wisky, vale??? Y yo traigo unas pastas y charlamos un ratín. Lo que nos de el tiempo de locos que llevamos, pero sabiendo que estamos ahí detrás de la pantalla, que detrás del monitor estamos las personas que nos miramos a los ojos.

Gracias por todo Dalia, y un beso enorme, y un abrazo que cruza océanos.

Dalia dijo...

seguro mi querida Pon, esta tambien es tu casa, whisky o vino, te o cafe... lo mejor es el momento compartido.

Gracias por todo, y un abrazo de esos a los que no les importa las distancias y el tiempo.

Rosa dijo...

No sabía lo de Pon, y comparto contigo cada una de las opiniones expresadas.
Escritora talentosa, que igual podía hacerte llorar o reir. También sabía que en algún momento esto llegaría.
Solo me queda desearle lo mejor a está mujer valiente a quien nunca olvidaremos.
Fue parte de esos primeros leñitos que formarón una gran hoguera, que ahora poco a poco se va extinguiendo... como todo en la vida, nada es para siempre.