miércoles, agosto 01, 2007

Es él

Dos charcos de cielo que contienen todos los océanos del mundo,
todo el azul infinito del espacio sin tiempo medido
bordado con una sonrisa rodeada de largas pestañas
rendido por los besos verdaderos y también por los fingidos
el edén y los infiernos permanecen escondidos
cada día se nos muestran en el ser y el olvido
pero qué importan si no fallan
si es él, es ahora, es siempre y es nunca.

7 comentarios:

Dalia dijo...

ehh no me pregunten qué significa esto, me siento como si hubiera tratado de pintar un cuadro y me hubiera salido uno al estilo picasso

Pero si, qué coño, es él...

Anónimo dijo...

Y tanto que es él...

Lo era, lo es, lo será siempre y como bien dices, nunca...

A veces es el refelejo de mi cielo y otras es la caida al infierno...

Un beso preciosa

devezencuando dijo...

Sin duda alguna: es EL.

Bonito paisaje al estilo Dalia...

;-)

Anónimo dijo...

Caray Dalia... Hay que ver.
Lo bello no caduca, parece que no pasara el tiempo..

Rosa dijo...

En esos dos trozos azules... cualquiera pierde el camino...el aliento. Es él...¡claro que sí!

Anónimo dijo...

Perdón que me entrometa...me ha dado un escalofrío al leer algunas líneas y sin entenderlo al final pude hacer memoria...

Es que recordé una historia...
Érase una vez..hace cientos de años,unos ojos que se cruzaron con los otros un día, el corazón le dió un vuelco, tal vez se le detuvo?

Eran como mares azules eléctricos-"ojos oceánicos"- como escribió otro poeta

La cosa es que, al cabo del tiempo y al final del ensueño, estando muy, pero muy de cerca, vió que esos en esos ojos profundamente azules descansaba un fondo sin color...o más bien sí, eran totalmente blancos,a través de la transparencia era como si descansara la nieve en su fondo...qué sorpresa casi quedó estupefacta!

Comprendio que lo que veía desde lejos como el océano brillante, azul y profundo,lleno de vida y sentimientos, era en realidad la madre naturaleza jugando con nuestras observaciones...era ni más ni menos que el reflejo del cielo magnífico descansando en sus ojos un momento...

Contrastando con lo palpable, en aquellos maravillosos "espejos del alma" reinaba el silencio, había una quietud parecida al vacío... como si allí sólo hubiera habido hielo eterno y soledad.
Cómo podía ser posible que su mirada finalizara en un abismo frío oscuro y vacío en medio de tanta claridad? que contradicción!Pero que mito se estaba rompiendo aquí?

Miles de años más tarde, parece que fue la fuerza de la fantasía la que se encargó de tejer y bordar interminables emociones, sueños o recuerdos, ya no se sabe a ciencia cierta...lo que si sé es que aquel hielo, interior, resultó eterno.
Ni siquiera la fuerza del amor y dedicación de la princesa y muchos otros consiguieron derretirlo,no aquí la esperanza dió vuelta y fue por otro camino.

Pero que singular y casi cruel experiencia de contraste entre lo que es y lo que nuestra fantasía y cariño pueden crear.

Al volver la mirada hacia el interior propio y de otros, sentados a lo alto de la montaña, no queda sino maravillarse igualmente de lo que un simple gesto en el rostro, un papadear de pestañas pesadas y tupidas,una sombra de la comisura de los labios, la forma encabritada de una ceja, el brillo de unos dientes perfectos en una boca levemente entreabierta, el rayo de luz que enciende una mirada...cómo enciende todo aquello la inspiración alrededor de fogatas y crea no sólo conceptos y vivencias sino también amistades, poemas, viajes, música...cosas reales y duraderas...cuando el dolor de la flecha de Cupido se olvida y el amor se arrulla en el corazón...?

Dalia dijo...

Gracias Anónimo, me encantó la historia, la reflexión, tu visita y tu profundidad.

Tienes razón, el flechazo puede partir pero toda esta reflexión queda para siempre.

Entrometete siempre que gustes, aquí siempre habra un lugar para las ideas buenas.

Un abrazo.