lunes, marzo 26, 2007

La Espera

Jack se esforzaba por mantener su sonrisa, por no dejar caer su entusiasmo y mantener la esperanza, pero todo le hacía pensar que Ennis no vendría esta vez, ya habían pasado cuatro horas desde que había llegado a esperarle, a preparar una cena que compartirían y montar la carpa donde se amarían una y otra vez.

Ennis solía llegar una o dos horas después que él, su camioneta estaba cada vez en peores condiciones y él siempre llega antes porque se comía de impaciencia por verle.

Pero esta vez había pasado mucho tiempo, más que el habitual que pasaba esperando. Ya había oscurecido y solo tenía por compañía los aullidos de los lobos y la oscuridad del bosque. Para mantenerse caliente y entretenerse en su espera, Jack empezó a beber de la botella de whisky que había llevado entre sus cosas, entreteniéndose en sus imaginaciones de cómo le haría pagar a Ennis el haberle hecho esperar (esta vez te tocará abajo Vaquero) ó temiendo que le hubiera pasado algo por el largo camino lleno de vueltas, curvas y pendientes.

De solo imaginarse eso se le erizaba la piel. Si algo le hubiera sucedido a Ennis no se lo perdonaría nunca, él había elegido este lugar para verse tratando de complacerle en su deseo de que fuera en un lugar aislado de todo.

A segundos sentía el impulso de montarse en su camioneta y viajar al pueblo más cercano – a una maldita hora de viaje – para llamar a Ennis y saber si estaba bien y continuaba en casa, en este caso ni quería pensar como le insultaría por dejarle esperando; o en el mejor de los casos, para encontrarle por el camino y escoltarle el resto de él, o auxiliarle si su vieja camioneta se había dañado.

Esa noche fue una de las más largas de la vida de Jack, la pasó en vela despierto, bramando de rabia a ratos y secandose las lágrimas a otros, se sentía frustrado, cansado, iracundo y burlado por Ennis, a la vez que tenía un temor inmenso de enterarse de qué le había pasado.

Cuando eran las diez de la mañana había caído dormido, cansado ya de tanto esperar y sin forma de aguantar más despecho, y a las doce del mediodía mientras dormía en un sueño intranquilo poblado de sueños etílicos, en los que sufría y reía alternadamente, la camioneta de Ennis llegó traqueteando, luego del maltrato de avanzar lo más rápido posible por aquel camino de campo.

Se despertó con la mano de Ennis en la frente quien le tocaba preocupado, al ver el estado en que dormía: calenturiento, sudado y gimiente.

-¿Ennis eres tú? Así que al fin llegas, desgraciado, ¿qué diablos te pasó? ¿Cómo me dejas aquí como un miserable esperándote todo este tiempo?
-¡No empieces Jack! No te lances a insultarme sin saber lo que ha pasado
-¿Y qué ha pasado que sea tan importante? De todos modos no importa lo que digas: ya sé que todo importa para tí más que yo.
-Mi hija importa, desgraciado, así te quejes, blasfemes y me insultes, mi Alma Jr. importa un mundo para mí.
-Si claro, cualquier excusa es buena: el perro tiene tos, hoy amaneció lloviendo, la camioneta se daño: te puedo hacer una lista bien completa si quieres, pero te la enviaré al correo porque este idiota se va
-¡Basta Jack! Deja de comportarte como un niñito malcriado, ¡es que no oyes lo que te estoy diciendo! Mi hija Junior estaba muy enferma, estaba muy mal, y la llevamos a un hospital, pasé toda la noche allí, me quedé con todas las cosas listas en la camioneta pero no pude salir. Alma Jr estaba prendida en fiebre, delirante y casi moribunda, pensé que mi niña se me moría, pero finalmente pudo mejorar. Dios sabe que mi conciencia me está matando por haberle dejado ahora que mejoró y haber venido aquí a explicarte, pero tampoco podía olvidarme que estabas aquí solo y esperándome. Casi me quedo dormido por el trasnocho mientras manejaba... ¿y ahora me recibas así?…

Jack había escuchado cabizbajo, no pudo evitar que unas lágrimas escaparan de sus enrojecidos ojos, se sentía molesto aún pero ahora empezaba a sentirse avergonzado. Pensó por unos minutos en lo que iba a decir, hasta que se sintió listo para comenzar a hablar. Ennis aguardaba en silencio una continuación prolongada e irritante de sus reclamos e insultos.

-Lamento que tu hija esté enferma, Ennis, sé que piensas que soy un egoísta y un mal nacido. Yo también tengo un hijo y me imagino la que debes haber pasado. Pero, ¡por Dios que pasé la peor de las noches! – las lágrimas rodaron si se quiere, con más fuerza por su rostro, y Jack ya no se molestaba en secarlas – No podemos con esto ¿verdad? Familia, hijos, suegros, compromisos, hogares… Tú y yo no tenemos razón de ser, nunca fue algo lógico y ya no tiene sentido... Desayuna algo, descansa y vete a tu casa. Tu hija te necesita… yo haré lo mismo y volveré a casa con los míos.

Ennis se quedó estupefacto al oír las palabras de Jack, no eran en tono de reclamo, ira ó coraje, sino de suma tristeza. Él se esperaba que Jack siguiera peleando, gritando e profiriéndole insultos, pero jamás verle tan derrotado, triste y resignado, pensó que debía haber pasado una peor noche que la que él se había imaginado. Pero por ninguna razón iba a dejarle que se fuera así, estaba loco si pensaba que aceptaría lo que decía.

-¿Qué dices? No seas tonto, Jack, ¿es que no ves que a pesar de todo vine para acá?, ¿que dejé a mi esposa y mi hijita que estaba enferma para venir a estar contigo?, yo no me voy y tú tampoco…
-No amigo, ya acabó – Jack se limpió las últimas lágrimas, se levantó serio y le encaró – ya no más… todo tiene un límite. No creas que te estoy culpando de algo, Ennis. Es mi culpa, yo me empeñé en esto. Yo te insisto en nuestras salidas. Siempre soy yo quien te suplica, te espera, exige y demanda tu tiempo, te hago dejar tus cosas para venir aquí. Pero ya no más. Tranquilo. Recupera tu vida normal y cotidiana. Haz de cuenta que nunca volviste a verme luego de los cuatro años que estuvimos separados. Lo único que te pido es que te quedes con Brokeback..., por favor, eso no lo olvides... Yo me voy y te dejo libre.

Ennis escuchaba pasmado. Luego de un rato, pudo reaccionar al discurso de Jack.

-¿QUÉ? ¿te volviste loco? – Ennis ahora estaba aterrado. Jamás había visto a Jack así. Sabía lidiar con su rabia, con su impaciencia y su deseo, pero con ésto no – Yo no me voy - prosiguió- Yo no te dejaré ir. Así tenga que caerte a golpes para que vuelvas a ser el mismo de siempre, no te dejaré en paz. ¡Tienes que volver en razón, Jack!.
-¿Volver en razón? ¿Es que estás ciego? Ya estoy harto Ennis, ya estoy cansado, y tú también lo estás. No digas que no. Vivir para esperar estos momentos, que cada vez son más cortos, no es vida Ennis: Mejor le dejamos hasta aquí, tú lo dijiste: sino puedes arreglarlo entonces tienes que aguantarte.
-¡YA BASTA, JACK! Me niego, ¡¡¡NO!!! No acepto. - Sin darse cuenta, Ennis agarraba a Jack por las solapas de la chaqueta y lo sacudía como un muñeco, pero éste ni siquiera se percataba, se limitaba a mirarlo con tristeza, mientras Ennis hablaba más de lo que había hablado en su vida - Es cierto, estoy atado a mis compromisos y tú también lo estás. Pero más fuerte que éso es la soga que nos une, Jack. – ahora Ennis también lloraba y ni siquiera se daba cuenta, continuó insistiendo con voz enronquecida – Yo no puedo seguir sin ti, ¿cómo lo haría? ¿es que acaso puedes tú? ¡eres un cobarde! No renuncio a ti. ¡JAMÁS!.
-Pues yo lo hice ya, Ennis.... Anoche. Dios es testigo. - dijo selañalando el cielo aunque aun lo miraba.

Ennis palideció, se sentía furioso, abatido y a punto de derrumbarse pero no se iba a dar por vencido.

-Yo no. No lo haré. Te mantendré aquí hasta que recapacites, así tenga que lazarte y atarte a un árbol... pero no te dejaré ir, Jack.... No, Jack...
-¿Para qué? No sirve de nada.
-¿No sirve de nada? No es cierto, Jack, no es cierto. Si tú no existieras, sino te tuviera en mi vida, no sé qué sería de mí. No sería yo mismo, Jack. Sería un fantasma que camina, habla, come, trabaja, tiene sexo, pero nada más. Yo vivo PARA estos momentos. Yo vivo POR estos momentos contigo. ¡TÚ ERES MI PUTA VIDA, JACK FUCKING TWIST! ¡Y sé que yo soy la tuya! ¡No te atrevas a decirme que no!
-¡YA BASTA! – gritó Jack, quien lloraba ahora a mares, cayendo de rodillas – no sabes toda la fuerza que tengo he tenido que reunir para decirte esto: Ennis, ya no puedo más. ¿es que no ves que lo hago por ti? No quiero estorbar más en tu vida. Necesitas ser libre.
-Solo te necesito a ti, Hijo de Puta. ¡Solo a ti!. Vivo por la esperanza que me da saber que volveré a verte, a hablarte, a hacerte mío. ¡No me dejes!. – Ennis se arrodilló junto a Jack y lo abrazó fuertemente, puso su cabeza en sus hombros y derramó mil lágrimas en su cuello.

Jack se dejó abrazar por Ennis y lloró hasta no poder más. Lloró su tristeza, su soledad, su rabia y su falta de voluntad. Jack sabía que Ennis jamás podría darle todo lo que él necesitaba, pero de igual forma no podía dejarle, empezr una vida sin él era como arrancarse el corazón del pecho y morir desangrado.

Jack no dijo más ese día. Se dejó conducir por Ennis a la carpa. Dejó que lo besara en silencio, le desvistiera, le amara como solo él podía hacerlo. Dejó que su corazón cicatrizara por la medicina que era el amor inconfeso de Ennis.

Pero una parte de él - una que mantuvo en secreto por un tiempo, como una pena oculta – nunca sanaría jamás, porque a pesar de sus lágrimas y suplicas, Ennis no ofreció dejar - ni ahora, ni algún día en el futuro - su vida actual para estar con él. Jack sabía que Ennis jamás se atrevería a hacerlo, que ni bajo amenaza tomaría la decisión que él esperaba.

De alguna forma, el destino que les esperaba ya se había escrito. Solo pasaría algún tiempo más.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

"empezar una vida sin él, era como arrancarse el corazón del pecho, y morir desangrado..".

Me has matao.

Rosa dijo...

Cómo decirte amiga mía, que llegar hasta aquí entre tanto ajetro es como... subir a la montaña y respirar hondo, respirar un poco de paz. Te leo y me sumerjo en la historia, me parece estar viendo, como en una película cada escena que relatas.

Dalia... que bien relatas historias de nuestroa vaqueros. En verdad, cuanto disfruto tus relatos.

GRACIAS mi Dalia

Anónimo dijo...

Sí yo creo que Jack ya estaba cansado, es mucho para un ser humano por más que lo ame

pon dijo...

Dios, esto no se acaba nunca.....

Max dijo...

Dalia, que soponcio mañanero acaba de darme.
Que rabia que tuviera que ser así.
Abrazo.

un-angel dijo...

Como me llega tu historia esta mañana, amiga mía... supongo que finalmente Jack optó por apurar los momentos del día a día y no plantearse el futuro, es lo único que se puede hacer.Es imposible renunciar, imposible la despedida definitiva, cuando se ama así siempre se deja la siguiente puerta abierta. Aunque se jure uno a si mismo que será la última vez, que no se puede seguir así, al final se opta por dejarse llevar por el corazón y no pensar en nada...
Muy bonito mi dulce Dalia.
Un beso.

Anónimo dijo...

Cuánta emoción Dalia, el efecto Brokeback siempre está presente.

Qué bonito relatas el amor de nuestros vaqueros.

Gracias.

Dalia dijo...

amigos gracias por sus hermosas palabras...

El amor de ellos perdurará en nosotros donde quiera que estemos...

Anónimo dijo...

Quizás una de las mejores historias de amor jamás contadas.
Y seguimos en ella.