martes, noviembre 21, 2006

Ángeles y Helados

Ennis entró a su casa sudoroso y cansado, se sentía como si le hubiera pasado un camión por encima, hoy había sido un duro día de trabajo pues tuvo que mudar las reces de lugar, haciendo el largo recorrido hasta donde estaban los pastizales nuevos.

Tan pronto entró a su casa, sus dos niñas salieron corriendo a recibirle alegremente:

-“¡Papi! ¡Papi!”
-“Te estamos esperando, ¡mira que lindas estamos!"
-“Hola niñas” – dijo Ennis sonriendo con cansancio. Había olvidado la promesa que les hizo a sus niñas de llevarlas a comer un helado, y a pesar que se sentía molido, no podía resistir esas dos caritas llenas de ilusión.-“¿me esperan mientras me doy un baño, señoritas? Papá está hediondo a vacas”
-“Si papi” – dijeron ellas, y la mayor de las dos, Alma Junior, preguntó -“no te quedarás dormido ¿verdad?”
-“No cariño, lo prometo” – dijo Ennis, quien siempre disfrutaba la seriedad con que le hablaba su hija mayor, la cual le recordaba a si mismo.

Alma apenas saludó a Ennis, estaba al pendiente por si tenía que consolar a las niñas en caso de que él se arrepintiera de su promesa y éstas se pusieran a llorar a moco suelto. Pero afortunadamente no fue así, se sentó con ellas en la sala a ver televisión mientras el ruido del agua se escuchaba desde el baño.

Cuando Ennis salió del cuarto, con su ropa un poco raída pero muy limpia y bien planchada, las niñas al verlo brincaron de gozo y él sonriendo, extendió las manos de las que cada una se colgó orgullosa, y bajaron las escaleras riendo alborozadas, felices de salir con su padre, al que amaban y admiraban a pesar de ser tan serio y poco juguetón con ellas.

-“Papi, te voy a cantar una canción” –dijo la pequeña Jenny, y empezó con su dulce y hermosa voz a cantar a todo pulmón

Angelito juguetón
Cada noche con amor
Cuida mi sueño
Dulce angelito
Niño de Dios

Angelitos de color
Azul ó rosa
Un primor
Ven mañana otra vez
Y cuida mi sueño…

Ennis aplaudió a su niña quitando las manos del volante por un instante, y luego le acarició la mejilla, lo que la hizo sonreír de oreja a oreja y ruborizarse de gusto.

-“Cantas muy bien, cariño, ¿quién te enseñó esa canción?
-“La maestra”
-“Claro, gracias por cantarla para mí”
-“Papi”- intervino Alma Junior – “¿es cierto que existen los ángeles?”
Ennis se quedó en silencio por un rato, estaba meditando la respuesta que daría, pero al pensar en ángeles, lo primero que vino a la mente fue una mirada azul, triste y hermosa.

-“Si cariño, existen los ángeles” – contestó sin apenas pensar.
-“¿Si papá? ¡Qué bueno! Pero… ¿cómo lo sabes? ¿has visto alguno?”

Ahora se sentía encerrado por sus propias palabras, pero no pudo menos que hablar desde su corazón:

-“Si cariño, yo he visto uno”
-“¡Vaya!” – dijo Alma
-“¿Era lindo, papi? ¿cómo era?” – preguntó Jenny emocionada mirando a su padre si se puede, más llena de admiración.
-“Pues… con hermosos ojos… grandes y brillantes…”
-“¿y que más Pa?... ¡sigue!” – le apuró Alma Junior.
-“Azules… si… hermosos ojos azules… y siempre sonriente… bueno, casi siempre…” - dijo sonriendo al recordar aquellas palabras de hace años “¡No más frijoles!”
-“¿y que más…? “– continuó Alma Junior impaciente, se había tomado la historia para ella, ya que Jenny se estaba empezando a distraer con la lentitud de Ennis para responder.
-“cabellos negros…”
-“ah… pensé que eran todos rubios” – dijo ella mostrando asombro.
-“No. Hay ángeles morenos también… y son los más hermosos”
-“¡Que bien!, sigue papi…”
-“No recuerdo mucho más…” -dijo poniéndose triste de repente –“solo lo vi un instante…” – dijo mientras pensaba “Si, tan poco tiempo”
-“Pero papi… ¡debes recordar algo más!, por favor”…
-“No mucho más, linda… ¡mira! Ya llegamos… piensen cuál sabor de helado pedirán
-“¡Siiiiii! – gritó Jenny – “¡Chocolate!
-mmmm ¡vainilla! – dijo Alma Junior bajando de la camioneta, ya con su atención puesta en la heladería.

Luego de un rato, Ennis se sentó a comer una barquilla lentamente, mientras sus hijas parloteaban sin cesar dándole lametazos a sendos helados, pudiendo al fin hundirse en sus recuerdos del pasado.

Un ángel…” pensó “un ángel en la montaña… el ángel que yo hice caer” – al ver que Alma Junior lo miraba, le sonrió tristemente, “en realidad ellas son los únicos ángeles que tengo”. Ennis había olvidado por ahora lo que le decía su madre cuando niño: “Los ángeles no te olvidan jamás”.

11 comentarios:

un-angel dijo...

Angeles en la montaña... los angeles en la montaña quedamos atrapados, nos olvidamos del tiempo persiguiendo jirones de niebla entre los pinos...
Que bonito volver allí arriba de vez en cuando... si es que nos hemos ido alguna vez...
Un besotón.

pon dijo...

Vaya tarde, madre mia.
Qué bonita escena, tan íntima de una familia, de Ennis y Jack....

Rosa dijo...

Que linda historia Dalia, que dulce ver a Ennis junto a sus hijas. Que bueno escucharle hablar de ángeles, de su ángel. Y esa canción tan tierna que Jenny canta para él, angeles azules o rosa; que importa de que color sean, con tal que siempre anden revoloteando junto a nosotros.
Me encanto.

Un besito, mi Dalia.

Max dijo...

Otro momento mágico nos regalaste querida Dalia. Gracias.

Anónimo dijo...

Que ternura de historia..... Jack siempre presente en la vida de Ennis en todo momento...

Gracias Dalia.. muy lindo

Ana dijo...

Me ha encantado Dalia. Cuantísimo me gustaría ver estas pequeñas historias cotidianas no solo en mi imaginación.

Da Vinci dijo...

Muy lindo y sugerente

Anónimo dijo...

Ennis, pocas veces dejaba ver esa parte tierna, pero la tenía.

Hermoso.

Besines

Dalia dijo...

Gracias a todos amigos por sus bellos comentarios.

Cada día le dan belleza y alegría a mi vida.

Alas dijo...

Yo he visto ese ángel también y conozco muchos otros, así es mi fortuna...

Un beso angelita...hermoso relato, tan profundo, como tus sentimientos por nuestros vaqueros consentidos...

Dalia dijo...

gracias mi colega Alas, que tenemos el cielo inundado de angeles con sombreros.