miércoles, noviembre 01, 2006

El Oso

-¡Un oso Ennis! ¡Cuidado!

Los caballos se asustaron y quisieron encabritarse, Ennis y Jack pudieron mantenerlos en el sitio. Ennis empuñó su rifle y lo preparó en un instante, pero en seguida se dio cuenta de que no era necesario. El oso se había asustado tanto o más que ellos, había salido corriendo a todo trote fuera de vista.

-¡Vaya manera de correr! – dijo a Jack – no creo que mi yegua sea tan rápida como ese animal.
-Jejeje es cierto, si lo fuera, sería como para inscribirla en Derby de Kentucky.

Risas en día soleado, hacía horas que paseaban a caballo en su segundo día juntos, en el cual se sentían de muy buen humor

-Ya tengo hambre, volvamos al campamento y comamos algo ¿quieres? – dijo Jack con una amplia sonrisa
-Buena idea, ya me suenan las tripas.

Dieron la vuelta en los caballos en dirección a su campamento.

-Siempre quise cazar un oso Ennis, ¿lo intentamos un día?
-Muchacho, con tu puntería terminarías dándole a un árbol antes que a un oso
-Muy gracioso, ja ja ja – dijo Jack con sarcasmo - . Hablo en serio Ennis, ¿no te gustaría que tengamos una piel de oso en que recostarnos y mantenernos calentitos en este endemoniado frío?.
-No suena mal, no me tientes, Jack. Pero ya sabes que son “criaturas protegidas” por el servicio forestal, si nos pillan nos meteríamos en sendo lío.

Jack gruñó al oír a Ennis.

-Es cierto. Y ellos si tienen derecho de fastidiarnos a nosotros. ¡Qué se pudran entonces!. Ey, ¿te acuerdas del día que llegaste muy tarde al campamento, allá en Brokeback, porque las mulas se asustaron con el oso?
-Mierda. No me acordaba ya. ¡Joder! ¡Cómo corrí tras las putas mulas! Y las muy desgraciadas botaron toda la comida en el suelo. Hubiera querido matarlas y comérmelas a ellas.
-Yo estaba hecho una furia. Tenía un hambre de los mil demonios y estaba soñando con qué me guardarías de comer. Y cuando llegué. ¡Nada!. Ni rastro tuyo. Incluso pensé que te habías largado de la montaña hasta que vi que tus cosas aún estaban. Vaya susto que me diste. Y luego te apareciste todo magullado y sangrando, ¡y pensar que yo te esperaba con una bronca!

Ennis escuchó con una pequeña sonrisa a Jack y la mirada baja mientras recordaba cómo le recibió éste, el pañuelo con que trató de limpiarle la herida, y la discusión que tuvieron luego acerca de matar una oveja del rebaño.

-Hay algo en que si te complacería, Jack, aunque haya pasado mucho tiempo ya
-¿En qué?
-¡Sígueme y no preguntes!

Jack presintió algo bueno, así que obedeció sin oponerse a Ennis mientras cambiaban de dirección y se dirigían a lo alto de la montaña.

Luego de un rato de viaje, en el que Jack intentó unas tres veces más que Ennis le contara qué planeaba y este le mandó a callarse, finalmente llegaron a un sitio donde desmontaron de los caballos.

Ahí estaban, se extendía ante ellos un mar de miles de ovejas, pastaban comiendo infinitos campos de pasto verde que hacía olas con el viento.

-Pero ¿qué te propones? – preguntó Jack al ver que Ennis sacaba su rifle.
-Ssshhhhhh, quédate aquí

Ennis se acercó a la manada despacio, se hincó en una rodilla, apuntó y disparó. Una de las ovejas de la manada cayó, el resto de ellas salió huyendo con estrépito, mientras Ennis corrió y cogió la caída y corrió a su caballo haciéndole señas con la cabeza a Jack para que lo siguiera.

-¿Estás loco Ennis? ¡Nos pueden perseguir por atrapar esa oveja! No querías cazar un oso y ahora haces esto... ¡Es un robo!
-Mírala bien cuando lleguemos, entonces me dirás que tengo una buena razón ¡Apúrate!.

Corrieron por todo galope hasta el campamento. Cuando llegaron aún Jack no entendía nada, pero quería confiar en Ennis, todo el camino había volteado temiendo que los persiguieran los guardias forestales.

Cuando bajaron de los caballos, Jack revisó la oveja donde Ennis le señaló. Su sorpresa fue mayúscula.

-¿J.A.? ¿Quieres decir…? ¿Joe Aguirre? No creo…
-Si, esa es su manada. Ya no es más un capataz, ahora es un propietario. Un rico hacendado. Se hizo millonario explotando tipos como nosotros.
-Ennis ¡eres un genio! ¡yyyeeeeehhhhhhaaaaaaa!

Riendo a carcajadas, Jack le dió un abrazo a Ennis con todas sus fuerzas y terminaron en el suelo jugando a pelear como en los viejos tiempos.

Por un rato, los dos se sintieron jóvenes de nuevo, tan jóvenes como cuando estaban en la montaña. Sabían que su pequeña venganza no significaría gran perdida para Aguirre, pero si un momento de alegría y risas para ambos, de sentirse cómplices nuevamente. Ennis trataba de imaginarse la cara de Aguirre cuando le dijeran que sus preciadas ovejas se habían dispersado por la montaña.

Esos dos días que quedaban siguieron estando de muy buen humor, hablaron como los viejos tiempos y Jack estaba encantado de ver a Ennis reir a carcajadas frecuentemente.
Jack se sentía halagado por la locura temporal de Ennis, quien se había atrevido a romper las reglas por una vez y cazar una oveja ajena para él, tal como se lo había pedido aquella vez en Brokeback recibiendo una negativa de su parte.

Ennis se sentía satisfecho de finalmente haber complacido en algo a Jack pues casi siempre tenía que negarse a sus entusiastas ideas. No siempre se presentaban oportunidades de que fuera él quien lo hiciera reír, ó mejor dicho, nunca antes había caído en la tentación de hacer algo loco para él. Aunque no quisiera admitirlo, Jack era la mitad de su alma que no se atrevía a descifrar.

7 comentarios:

un-angel dijo...

¿Soy el primero?...corcholis...
Pues Dalia querida, me ha encantado por la sencilla razón de que me esperaba otro cuento más triste y desesperanzado y sin embargo aquí, sin saber a ciencia cierta en que momento del futuro nos encontramos, todo son risas, sol, buenos recuerdos, no sé, es tan optimista, de vez en cuando también merecemos pensar en Ennis y Jack de esta manera, ¿verdad?...
Me has caldeado el final del día, un beso, chica de los girasoles.

Anónimo dijo...

Eran pocos los momentos que ellos estan así tan alegres sin importales lo demás, que realmente uno mismo se hace parte de su felicidad... ojala fuera así .. justo así siempre...

Gracias Dalia!

Ana dijo...

Quiero pensar que matando una oveja de Joe también mataban los prejuicios...
Estas escenas que cuentan sus aventuras juntos me encantan. Hay ya tantas y tan bonitas que si yo fuera directora de cine haría una segunda parte con las escenas que no vimos. La pena es que no lo soy.
Un beso.

Max dijo...

Pues sí, creo que tenemos ya más escenas creadas o soñadas por nosotros que las que rodaron en realidad... Y lo que falta.
Esta del oso, otra preciosidad Dalia.

Dalia dijo...

Si amigos, siempre hay días felices, y los encuentros de estos dos fueron muchos.

Gracias y un abrazo a todos.

Alas dijo...

Ennis siempre intentaba complacer a Jack, desde intercambiarle el turno para cuidar las ovejas y cazar un alce, hasta dejar su trabajo y familia dos o tres veces al año para pasar unos días con él...dentro de todas sus dificultades y traumas, Ennis dio todo lo que fue capaz...

Tal como describes tan hermosamente Dalia...muchas gracias!

Dalia dijo...

Tienes razón Alas, Ennis hacía todo lo que estaba en sus manos por Jack.

A mi siempre me ha conmovido ese gesto de ir él a la montaña en lugar de Jack, esa resignación dulce con que se soltaba de él para ir a trabajar, esa carita cuando mató el alce y veía a Jack brincar de contento.

Ay Ennis del Mar, que lleno de amor estas para darl.