jueves, septiembre 28, 2006

La Armónica

Ennis pasó al frente de la tienda pensando en sus quehaceres del día, pero que algo que mostraban en la vidriera atrajo su atención de inmediato: era un objeto alargado, plateado y brillante que reconoció en un parpadeo. De solo darse cuenta de qué era se sintió un poco mareado, le asaltaron unas repentinas ganas de salir corriendo sin razón aparente, y sin embargo, se quedó ahí parado mirando frente a la tienda, casi sin pestañear, contemplando una armónica plateada que ahora apenas podía distinguir a través de la masa cuajada de lágrimas que anegaban sus ojos involuntariamente.

Se limpió la cara con la manga de la camisa y se aclaró la garganta. Había recobrado rápidamente la compostura y una idea se había formando en su mente. Ennis entró en la tienda, saludó a la persona que la atendía que era era conocida por todos en Signal, preguntó el precio de la armónica, y sin pensarlo dos veces la pagó y se la llevó sin envolver, la metió dentro de su camisa, se fue hasta su vieja camioneta y se devolvió sin hacer nada de lo que había planeado para ese día, y pensando que no la sacaría hasta que llegara a su "casa", donde al fin se sentiría libre de verla sin miradas indiscretas.

Al entrar en el trailer, tan destartalado y feo como su camioneta, se dejó caer sentado en su precaria e incómoda cama, sacó la armónica lentamente de su camisa notando que se había vuelto tibia al tacto por el calor de su cuerpo, y la observó por largo rato sintiéndose como quien mira una vieja fotografía que trae memorias de tiempos antiguos, destellos de un ser amado que alguna vez compartió sus días con nosotros pero que ya no está... tantas sonrisas, peleas y momentos vividos. Las imágenes venían a su memoria en cascadas, los viejos momentos de Brokeback en los que se descubrieron uno al otro y se halló así mismo:
-Esa carpa no se ve muy bien.
-No irá a ningún lado, déjale estar.
-Bien, esa armónica tampoco se oye muy bien.
-Se aplastó un poco cuando la yegua me lanzó al suelo
-Pensé que ninguna yegua podía lanzarte
-Bien,… ella tuvo suerte
-Si yo también tuviera suerte la armónica se hubiera roto


Risas… Jack echado en el suelo con su cabeza recostada en un tronco de un árbol… los caballos cerca comiendo del corto pasto, el riachuelo cristalino, el olor a pino…

Ennis no sabía si tantos recuerdos le hacían bien, o al contrario, solo servían para hundirle más aún en su abatimiento y depresión. Lo único que quería era revivir todos y cada uno de los momentos que había vivido con Jack; maldecía entre dientes cada vez que recordaba que había roto las postales que éste le había enviado, porque todas ellas sin excepción, tenían imágenes de montañas que hacían continua alusión a Brokeback Mountain y su mayor temor en la vida, que había sido que alguien descubriera lo suyo con Jack Twist, y que se había trasformado en los últimos tiempos en un pavor acérrimo a olvidarle, de perder para siempre el sabor de sus besos, el color de sus ojos, su risa abierta, sus rizos oscuros, su acento de Texas, el calor de su cuerpo…

Él invertía las horas en las que debía estar durmiendo y teniendo sueños febriles con Jack, haciendo un inventario de sus memorias de aquellos días, mirando fijamente sus camisas y la postal que él mismo compró sobre Brokeback o acariciando la armónica que jamás se atrevería a tocar tratando de recordar el chirrido que Jack lograba sacar de ella.


Un día en el que sentía y deseaba como nada en el mundo que al fin se acercara su hora, escribió un mensaje en una hoja de papel diciendo sencillamente:

“Nada tengo material en la vida que valga poco más que unos dólares, así que cualquier cosa que pueda dejar y que sea útil aún, queda a manos de mis hijas para que dispongan según sea el caso.

Mi única voluntad, es que cualquiera que sea el lugar donde dejen mi cuerpo sin vida, las dos camisas con las mangas ensangrentadas que están en mi closet, la armónica y la postal con la imagen de Brokeback, reposen conmigo para siempre. Esa es mi única necesidad y deseo para ese momento. Gracias a quien corresponda si puede hacerlo realidad,

Ennis del Mar"

8 comentarios:

Alas dijo...

Ennis con sus recuerdos...a pesar del dolor, esa armónica le hablaba de los días en que fue amado y amó intensamente, qué hermoso que las cosas dejen de ser simples cosas y se transformen en un símbolo de algo verdaderamente importante...qué bueno que Ennis Del Mar tuvo a Jack Twist en su vida...qué bueno que las montañas, una armónica, tal vez los rodeos, los lazos, una canción de Jesús...ya nunca serán lo mismo para él...

Espero que se cumplan sus deseos...

Muchas gracias Dalia, por tu sensibilidad y por este sentimiento tan compartido...

hermes dijo...

Esas camisas unidas, esas camisas que tanto me han quitado el sueño, que tanto me han hecho llorar.......

pon dijo...

Precioso Dalia, ay Ennis, pobre Ennis tan solito en su carvana pero tan acompañado a la vez.
Gracias amiga, traes Brokeback de maravilla.

Anónimo dijo...

Cómo hacen para poder recrear una breve escena, y convertirla en un relato. He leído tantas veces los "ardientes" relatos de Pon; la tristeza en "El viaje de Lureen", "El diario de Ennis del Mar", de un-angel o del viaje a México de Ennis por alas. Han creado historias paralelas a esta gran historia. Han hecho algo así como lo que hicieron Diana y Larry, con el relato de Proulx, han enriquecido la película; y no es difícil echar a andar la imaginación, para "ver" todo lo que ustedes describen.
Me encanta cuando escriben sobre Brokeback Mountain, no dejen de hacerlo.

Un beso
Rosadefuego

Dalia dijo...

Gracias a todos, ustedes son muy amables con mis humildes relatos que tratan de extender el amor que descubrió en la montaña.

Max dijo...

Que doloroso cuando el paso del tiempo te impide recordar un rostro tan amado... no me extraña que ese sea su pavor ¿como es posible?

Anónimo dijo...

Me da tanta pena ver a mi querido Ennis tan solito.. no quiero ser cruel con esto, pero deseo tanto que Ennis se haya reunido pronto con Jack, que no haya vivido solo con ese dolor mucho tiempo..


Gracias Dalia por tu hermoso relato..

Dalia dijo...

creo que en el fondo todos los deseamos ¿quien iba a querer ver a un ser querido sufrir tanto en vida? no es preferible a veces el descanso? a veces si.