lunes, septiembre 04, 2006

El Rodeo

Este fin de semana había ido al rodeo, no se había quedado mucho tiempo, solo había dado una vuelta por allí mirando un rato, imaginándolo, recordándolo…

-“¡…le clavo las espuelas al toro! Con su sombrero saludo a las chicas en la barrera…quiere lanzarme al suelo pero no podrá” – Jack brincando como si montara un caballo salvaje en el rodeo yéndose de espaldas y cayendo sobre las provisiones, risas y carcajadas, un momento que se quedó en su memoria para siempre.

Tenía que admitirlo, le había llevado allí la esperanza de verlo aunque fuera de lejos si se encontraba participando en el rodeo, de tropezárselo aunque fuera por una gran casualidad, deseando que tal vez Jack no le hubiera olvidado, no le odiara por su última pelea, la que tuvieron antes de partir, y que tal vez había ido al rodeo a esa zona del país por que deseaba verlo tanto cómo él deseaba verle.

Habían pasado cuatro años desde ese caluroso día que se despidieron fuera de la oficina de Aguirre, fingiendo que eran solo dos vaqueros que habían trabajado juntos ocasionalmente, y que les importaba poco si no se veían otra vez.

¡Qué mal se había sentido luego! Pensó que vomitaría las entrañas, que se le estaba desgarrando el estómago, que no podría volver en pie donde estaba Alma.

Y se repetía las mismas preguntas una y mil veces: ¿por qué diablos no le había pedido a Jack su dirección? ¿Por qué no había buscado la manera de mantenerse comunicado y mantener algún contacto con Jack? ¿Cómo era posible que habiendo pasado cuatro años, estando casado y teniendo dos hijas pequeñas, no hubiera olvidado ni un solo día el poco tiempo que había pasado en Brokeback Mountain con Jack?

Tal vez solo estaba algo loco y obsesionado con lo vivido esos días. Tal vez solo sobrevaloraba ese tiempo que vivió alejado de sus hermanos, en que se sintió verdaderamente independiente por primera vez, haciendo algo para sí mismo y para nadie más excepto el futuro que pensaba que quería, aprendiendo a reír nuevamente como no lo había hecho desde que era un niño, conociéndose a sí mismo, abriéndose a algo más que no fuera su propios pensamientos. Quizás solo le estaba dando a esos días una importancia que no tenían.

Pero luego de pensar en todo esto, sentía esa opresión en el pecho que le hacía darse cuenta que lo que extrañaba no era solo la sensación de libertad que había sentido en Brokeback, le faltaba como si fuera el aire mismo la presencia de Jack, su sonrisa, su manera desenvuelta y abierta de ser, su mirada, los días y las noches que pasaron juntos, su mano cálida, su abrazo.

¿Le había llamado la atención algún otro tipo? Ni siquiera se le había pasado la idea por la cabeza. Solo Jack tenía sentido para él.

Era un iluso, no tenía otro nombre con qué describirse, ¿cómo se le ocurría pensar que Jack querría buscarle después de tanto tiempo? De seguro tenía una vida formada ya, ¿una esposa? ¿hijos? Podría ser, ¿otro hombre? NI PENSARLO. Solo de pasársele la idea por la cabeza quería buscarlo donde estuviera y matar a ese otro tipo a golpes.

Tenía que dejar de hacer esto, ¿qué ganaba torturándose así? Solo llenarse de rabia, frustración y nostalgia, pensar en ver a Jack de nuevo era como un acertijo que no tenía solución.

Y luego de tanto cavilar y darle vueltas a las mismas ideas una y otra vez, regresó a casa sintiéndose derrotado, triste y resignado, donde su esposa le esperaba con una noticia que cambiaría su vida para siempre: Jack Fucking Twist le había escrito un postal y pasaría a verle pronto. Súbitamente todas sus esperanzas de tantos años habían cobrado sentido porque en algún lugar de Texas, Jack tenía las mismas ganas que él de verse y estar juntos. La vida todavía tenía algunas sonrisas para Ennis del Mar.

9 comentarios:

Neyda dijo...

Feliz regreso!!!!!!!!
Bienvenida y gracias por regresar a llenarme de historias mi día a día.

Un beso, te quiero.

Dalia dijo...

gracias, yo también te quiero

Anónimo dijo...

Dalia, que bueno que ya estes de vuelta, espero que hayas pasado unas lindas vacaciones.

El relato para variar está muy lindo, gracias

Carolina

Alas dijo...

¡Qué manera de regresar, Dalia!...momento feliz, feliz, feliz...Ennis releyendo en voz baja esa postal, mientras Alma lo interroga.

¡Y esa carita!, ¡qué gusto!...ojalá pudiésemos regalarle una montaña de sonrisas a Ennis Del Mar.

Besos y muy bienvenida, se te extrañaba muchísimo!!!!!!!

Dalia dijo...

Gracias lindas, yo también las extrañé mucho

Anónimo dijo...

Precioso y muy tierno.Espero que sigas escribiendo de nuestros ennis y Jack

Max dijo...

Querida Dalia.
Volviste con los deberes hechos (no como otras que solo nos volvió el cuerpo pero la mente no sé donde se quedó)
Y que bonita manera de regresar... Me acordé mucho de ti cuando pasaba por los campos de girasoles de Burgos.

Dalia dijo...

Gracias anónimo, me alegra que volvieras.

Gracias por acordarte de mi Max, debe ser hermoso ver un campo de girasoles. Seguire pasando a rondar tu blog a ver cuando te animas a actualizarlo.

Anónimo dijo...

Oh Dalia que bien regresas, con sonrisas para Ennis del Mar.
Te regalo una, para tí.