viernes, agosto 04, 2006

Trigal

Hoy voy viajando lento, no tengo prisas por llegar, no voy a tu encuentro. Solo voy a otra feria más, de esas que se acostumbran tanto en los estados del sur, donde se muestran maquinarias y equipos agrícolas, como las que se comercian en el establecimiento de mi suegro, productos agrícolas de todo tipo y diversión para los pueblerinos.

Hoy viajo perezosamente, el mayor incentivo es estar lejos de todo por uno o dos días, a millas de la esposa que ya no conozco, del hijo que cada día se parece menos a mí y más a su odioso abuelo, del trabajo tedioso y miserable con el cual gano el pan en la mesa de mi hogar, pero que de igual siempre es menos del que gana mi mujer, y que de todas formas me hace sentir un aprovechado de los ingresos de su familia, que nunca será suficiente a los ojos de sus padres.

No hay derecho, yo me mato todos los días trabajando de la mañana al anochecer, atendiendo a esos viejos charlatanes de Texas, que vienen a dar a entender que tienen dinero a manos llenas, que comprar una pieza agrícola de éstas que cuesta miles de dólares es nada para ellos, para luego irse diciendo que en otro lado les atienden mejor o les dan un mejor precio.

Y siempre lo mismo, todos los conocidos del viejo desgraciado dicen lo mismo: “¿Ese no solía participar en los rodeos?”, ó “¿ese es el muerto de hambre que conoció tu hija y con el que se empeñó en casarse?”

¡Imbéciles! ¿Qué saben ellos de ser pobre? ¿Qué saben ellos de trabajar? Solo son unos viejos adinerados, por las ganancias del petróleo que Dios tuvo a bien poner en sus terrenos, o viven jactándose de los ingresos que obtienen, matando de tanto trabajo a capataces, vaqueros y granjeros, porque ¿vaqueros bien pagados en Texas, Wyoming o sus alrededores? No he conocido ninguno aún.

Y siguiendo el camino hundido en mis negros pensamientos, me he adentrado en un mar dorado sin siquiera darme cuenta, pero al salir el sol que estaba oculto en una nube inmensa, me veo rodeado de luz por doquier, kilómetros y kilómetros de trigo haciendo olas, como un cálido océano en un día de verano.

Ante tanta belleza disminuyo la velocidad, me complazco en seguir el orden de mis pensamientos, que al ver el dorado esplendor por doquier, me llevan irremediablemente a verte ante mi, mi muchacho de rizos dorados como el oro, el joven de cabellos color de miel y trigo seco, de tez tostada y ojos verdosos, mi querido y añorado Ennis del Mar.


Solo tú logras transformar mi día, mi mueca en sonrisa, mi rabia en alegría. Solo no voy más en el camino que recorro, si volteo al asiento de al lado, ahí estás, callado, tranquilo, sereno y resplandeciente, como en aquellos tiempos que viajábamos a caballo, rodeados de un mar de ovejas y el sol te iluminaba dorándote más aún.

Ahora sonrío y canto alegremente, al compás de la música de una estación de radio, y cuenta me doy que falta poco, un mes, más quizás, y de nuevo contemplaré la luz que hay en tí y que pareciera que yo solo puedo ver, la feria es solo un paso más antes irme y de nuevo contigo en las montañas estar.

Ojalá no cosechen el trigo, antes que vuelva a pasar por este camino de vuelta a mi hogar, me gustaría mucho que el joven de rizos dorados me acompañe en mi viaje de regreso a casa.

15 comentarios:

Dalia dijo...

Para Alas que ama y entiende a Ennis como solo Jack podría hacerlo.

Dalia dijo...

Me acabo de enterar por nuestra querida Alas que Nuria está en recuperación de una operación y además de cumpleaños, así que vaya para ella mis mejores deseos, muchas bendiciones y un abrazo fuerte.

Anónimo dijo...

es muy bello lo que has escrito,un abrazo Ultramar

Anónimo dijo...

Con solo con recordar a Ennis, Jack pueda cambiar de ese ánimo y ser feliz!!

Que lindo, gracisas Dalia

Max dijo...

Un mar de trigo dorado y cálido. Ese es Ennis de Mar. Y Jack feliz navegando por ese ese mar. Y yo. Gracias.

Dalia dijo...

Gracias a ustedes por sus cálidos comentarios.

Alas dijo...

Dalia, ¡muchas gracias!...recién entro a leer tu blog con toda tranquilidad en mi casa y por una vez que lo dejo para el final del día, me habías dedicado esta hermosura, MIL MILLONES DE GRACIAS...me has tocado esa fibra sensible que se conmueve a cada mención de Ennis o Jack...

Cabellos de trigo, TRIGAL, el niño Ennis, el brillo de los ojos y eñ ritmo que marca los latidos de Jack, es demasiado bello mi amiga querida, como cada palabra que sale de tu alma. Un beso y un abrazo enormes.

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Ennis, un mar de trigo y Jack, su navegante más osado...

Besos Dalia!!!

pon dijo...

Cuando escribes, al igual que Alas o Isla del Mar, escenas que están encajadas; quiero decir que no son finales inventados, o escenas más o menos imaginarias que no caben en la peli; cuando escribís esas escenas que visualizo perfectamente en su lugar exacto del metraje....casi siempre me duelen, y me cuesta mucho decir algo, suelo pasar y releerlas varias veces en varios dias y a veces entro y otras no puedo. Hace tiempo que no escribo ninguna, de hecho no recuerdo haber escrito más de tres porque me desgarraban. Decidí dejar de rellenar los huecos; pero me gusta muchísimo como lo haceis vosotros. Aunque a veces sea incapaz de decir nada, y me limite a sentir, a evocar, o solo a sonreír tristemente.

un-angel dijo...

...mi tierra es así, enormes extensiones de campos de cereal, arriba cielos inmensos, debajo la tierra madre, y en el centro, los seres humanos que tratamos de salir adelante poco a poco en esta vida, con nuestras limitaciones, nuestras pasiones... tus reflexiones sobre el trigal, Ennis y Jack las extiendo yo a mi propio mundo.Un beso, Dalia,

Dalia dijo...

Gracias a todos por sus comentarios tan hermosos.

Tranquila Alas, no importa si antes o despues, lo importante es que viniste.

Pon gracias por tu comentario tan sincero, no importa que no escribas nada, tu lugar está seguro en mi casita y es tuyo y de nadie más.

Un Angel yo nunca he visto un trigal, en mi pais no se puede cultivar, pero gracias a Ennis ya lo conozco.

Besos a todos.

Anónimo dijo...

Dalia todo está bello, me sentí
como viviendo esa realidad, pq esas cosas pasan muchas veces y las tenemos tan cerca y no nos damos cuenta. t felicito.

pon dijo...

Un beso Dalia, y otro para todos.

you dijo...

ehí que bonito.....

Dalia dijo...

Un abrazo a todos amigos, les quiero mucho.